Nicolás Fernández Guisado, presidente nacional de ANPE, ha presentado una valoración crítica sobre el fondo y la forma de la LOMCE y ha entregado a los grupos parlamentarios un documento con numerosas propuestas de mejora del articulado del proyecto. Para el sindicato, "la LOMCE en su redacción actual no es la reforma global y profunda del sistema educativo que ANPE ha venido demandando". 
 
A su juicio, la reforma ideal hubiera sido aquella que estableciera un marco global y estable, elaborado a partir de un pacto de mínimos entre las fuerzas políticas y sociales. "Todo lo relacionado con las condiciones laborales y profesionales de los docentes debería salir de esa norma general y quedar establecido en un marco propio: el Estatuto Docente. Sin embargo, como todas las leyes educativas de los últimos treinta años, la LOMCE se orienta más hacia el cambio curricular y organizativo de los centros, dejando al margen una cuestión esencial: el profesorado. Además debe ajustar las medidas que afectan al cambio de estructura y modelo educativo, la vertebración y cohesión del sistema, el funcionamiento de los centros y la financiación de la reforma".
 
Nicolás Fernández Guisado ha valorado positivamente la flexibilización de la ESO y la apuesta por la formación profesional. Sin embargo, ha señalado como elementos a mejorar durante el trámite parlamentario, la duración del Bachillerato, que debería ser de tres años para garantizar la preparación adecuada para afrontar con éxito los estudios superiores. También la insuficiencia y falta de concreción de la memoria económica. Las mejores medidas previstas en la ley (TICs, idiomas, FP, medidas de apoyo...) requieren contar con inversión económica suficiente que asegure su correcta aplicación.   

Otro aspecto es la indefinición entre materias troncales y específicas y la competencia de las administraciones educativas deja muchas dudas sobre el establecimiento final del currículo y la dificultad de configurar la organización de los centros. Además puede ahondar las desigualdades entre las comunidades autónomas. Y la pérdida de peso curricular de importantes especialidades docentes: Música, Tecnología, Cultura clásica, Filosofía, Artes… ANPE ha exigido un decidido impulso por las Humanidades.

Sobre la enseñanza del castellano. ANPE rechaza que la oferta del castellano se derive hacia los centros privados. Para ANPE el derecho a la lengua común y las lenguas vehiculares debe garantizarse en todo el Estado a través de la enseñanza pública. Además, defiende el principio de autonomía de los centros pero rechaza que los directores puedan establecer requisitos y méritos específicos para los puestos ofertados de personal docente, incluido el de nombrar o rechazar interinos. 

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