Espacio Transfronterizo ha explicado esta mañana, mediante un grupo de especialistas, la importancia de la Atención Primaria en la atención de aquellas personas que sufren Alzheimer. El aumento de la esperanza de vida y el envejecimiento de la población son factores determinantes en el panorama social europeo y nacional. En la persona mayor se presentan una serie de patologías que afectan tanto al enfermo como a su entorno.

Los especialistas explican que en la sociedad existe una tendencia a asociar al proceso de envejecimiento, ciertos comportamientos como la pérdida de memoria, la desorientación temporal y espacial, la confusión o la disminución de la comprensión, cuando en realidad se trata de síntomas de enfermedades cerebrales de distintas causas y mecanismos como las demencias o la patología extrapiramidal y sus distintas manifestaciones. Por este motivo, afirman que no se puede considerar tales patologías como un problema de salud aislado, sino como una patología familiar y comunitaria en la que la Atención Primaria ejerce un rol protagonista (médicos de familia, enfermos, trabajadores sociales, etc.) en la atención a estas personas y familiares.

Sin embargo, la carencia de formación especializada en las citadas patologías puede acabar por convertirse en una de las principales dificultades para aquellas personas con síntomas de una patología cerebral o de los órganos de los sentidos causantes de su dependencia. Al no ser detectado el problema a tiempo por no darse una correcta evaluación del diagnóstico (muchas veces por carencia de tiempo en la consulta, ya que se necesita tiempo y seguimiento para evaluar las causas de la pérdida de memoria u otras capacidades) la persona puede seguir con sus problemas de demencia sin conocer que se trata de una enfermedad.

El problema se plantea aquí a la hora de llegar al diagnóstico, en algunas ocasiones con procedimientos más eficaces pero demasiado caros: "Si somos capaces de llegar al diagnóstico, podemos pensar en otro tipo de abordaje. El tema de atención a los enfermos con demencia tiene cada vez mayor dimensión social. Hay que trabajar una vez que tenemos la correcta evaluación del diagnóstico. Se puede dar una demencia leve y que la persona lleve una vida normal, es decir, no está normal, pero tampoco está demente. Un 60% de estas personas tiene una enfermedad de alzheimer, pero esto es muy difícil de determinar en cinco minutos en una consulta. Ni en media hora. Por eso, si no se dedica el tiempo necesario, es preciso que estas personas vuelvan cada cierto tiempo para que lleven un seguimiento, ya que otros mecanimos más eficaces como los biomarcadores diagnósticos pueden costar hasta 4.000  euros y sólo se realizan en determinados centros con un tipo específico de equipamiento".

Proponen que, de la misma forma que hay programas para la atención de otras enfermedades, como por ejemplo la diabetes, se apliquen también a los problemas cognitivos, ya que si se dejan pasar, la situación de estos enfermos va a peor. Para ello creen que es necesario la combinación entre Atención Primaria y Especializada, con el fin de poder detectar a tiempo la enfermedad y que los enfermos dispongan de la terapia necesaria para no perder más memoria y se les pueda medicar a tiempo: "Una vez iniciada la sospecha hay que atender a los enfermos, desde el inicio hasta el fin. Muchas veces falla el nivel de sospecha y ello nos aleja del diagnóstico y del seguimiento del enfermo. Tenemos conocimiento de la capacidad de memoria hasta los 80 u 85 años, pero de ahí en adelante no sabemos qué capacidad se da. Llevamos diez años sin un fármaco nuevo. La terapia y la inmuno terapia o vacuna pasiva son eficaces para restrasar la enfermedad y abren una puerta a la esperanza".

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