Los salmantinos se muestran disconformes con la sexta subida consecutiva de la factura de la luz. De hecho, según un estudio de Facua, esta se ha situado ya en los 74,78 euros de media frente a los 60 en los que se encontraba en abril. Los ciudadanos no encuentran explicación a este hecho y creen que se aprovechan de que la luz es un bien que siempre se debe pagar.
En octubre, esta volvió a subir y se acumuló a las de septiembre, 1,5%; de agosto, 0,9%; de julio, 1,6%; de junio, 9,6%; y de mayo, 0,8%; después de un comienzo de año en el que se produjeron sucesivas rebajas gracias al mayor peso que tuvieron las renovables. De esta manera, el recibo está ya muy cerca de los 76,81 euros que alcanzó el pasado diciembre.
Facua, además, advierte de que las bajadas que se produjeron en los cuatro primeros meses del año no compensaron la gran subida que se produjo durante la legislatura entre 2012 y 2015, un 16% que representó 500 euros acumulados para el usuario medio.
Interpretación de la factura de la luz
Más allá del pago cada vez mayor del recibo de la luz, que algunos encuestados lo cifran en el doble en apenas un año, la mayoría admitían no conocer por qué sube y qué pagan cada mes. Algunos entrevistados, de hecho, comentaban que no se molestaban siquiera en intentar interpretar la factura, ya que tiene mucha letra pequeña casi ininteligible.
Los salmantinos, incluso, apenas saben qué tienen contratado y cuál es la potencia que soporta su hogar. A pesar de ello, todos se muestran de acuerdo en que es una sinvergonzonería la subida continua del recibo de la luz, aprovechándose de la situación.
Un estudio reciente comentaba que casi una cuarta parte de los españoles no entendía la nueva factura por horas, ya en vigor desde 2015, y que uno de cada tres no comprenden el funcionamiento del contador inteligente, los cuales siguen su proceso de instalación, cumplido en más de la mitad de los mismos.
De esta manera, el 68% de los españoles dice no comprender la tarifa eléctrica, mientras que casi la mitad no sabe interpretar la factura de la luz y un 30% ni tan siquiera sabe cuándo le llega el recibo. Más aún, el 90%, dice estar preocupado por el aumento de la factura energética e intenta modificar sus hábitos domésticos para reducir el gasto. Los más populares son la utilización de bombillas y electrodomésticos de menos consumo, la reducción de la calefacción y el aire acondicionado o la búsqueda de las horas en las que el precio de la electricidad es más barato.
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