El delegado territorial, Pablo Trillo, ha visitado hoy el municipio de Cuenca de Campos para mantener un encuentro institucional con su alcalde, Faustino González, y miembros del equipo de gobierno y de la futura fundación, en el que han repasado las principales necesidades y reivindicaciones de la localidad. El alcalde le ha trasladado su preocupación por la pérdida de población y le ha propuesto que se unan ambas instituciones para recuperar el patrimonio de la localidad y así atraer a más vecinos y turistas.
En la actualidad el municipio cuenta con un censo de 228 habitantes, lo que supone una reducción del 6,17 % respecto al año anterior. Entre las principales iniciativas llevadas a cabo por el Ayuntamiento para ganar población está la organización de una ‘Marcha por el desarrollo sostenible en Tierra de Campos’, desde Medina de Rioseco a Cuenca de Campos, con el fin de buscar fondos para la constitución de una fundación sin ánimo de lucro que ayude a rehabilitar el convento de las Clarisas de San Bernardino, donde se pretende alojar a los visitantes y generar actividades productivas relacionadas con la formación o la hostelería.
Para llevar a cabo la rehabilitación se necesitan 3,5 millones de euros, que recaudarían a través del micromecenazgo, sin contar con financiación bancaria ni institucional. En el proyecto están involucradas 40 personas entre artistas, arquitectos, hosteleros, asesores jurídicos y representantes políticos. Izaskun Villena, una de las arquitectas, ha explicado que quiere hacer de la comarca de Tierra de Campos “un lugar de trabajo y conocimiento generador de empleo”. Si se lleva a cabo la obra a finales de este año, estaría terminada dentro de siete años aproximadamente. El alcalde, Faustino González, ha reconocido que es un proyecto “utópico”, pero que hay mucha gente comprometida y, por eso, “confía” en que salga adelante.
El convento data del siglo XV, aunque posee partes de épocas anteriores. Está realizado en estilos gótico, renacentista y mudéjar y conserva todavía yeserías del XVIII en la capilla mayor y artesonado mudéjar en otra de sus capillas. Perteneció al primer condestable de Castilla, Pedro Fernández de Velasco.
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