La economía regional entró de nuevo en recesión tres años después con una caída del Producto Interior Bruto (PIB) regional del 1,2 por ciento en el segundo trimestre (un 0,3 menos en los tres primeros meses), fundamentado en la disminución de la construcción, en un seis por ciento, y del sector primario, que se redujo en un 3,3 por ciento debido a la reducción de la producción agraria, respecto a la campaña pasada, y de la moderada bajada de la ganadería. Según los datos de la Contabilidad Regional presentados por la consejera de Hacienda, Pilar del Olmo, esta recesión es “mucho más suave” que la de 2009, cuando la economía de la Comunidad descendió un cuatro por ciento en el segundo y tercer trimestre.

Si se analiza la evolución del PIB desde la perspectiva de la oferta, durante el segundo trimestre se contrajo el valor añadido bruto (VAB) de todos los sectores productivos, a excepción de la energía. Así, El VAB de la agricultura y ganadería de Castilla y León cayó el 3,3 por ciento, descenso superior al registrado en el trimestre anterior, con peores resultados tanto en el sector ganadero como en el agrario, mientras que en la industria se redujo un 1,5 por ciento (mayor que el observado en el trimestre anterior, que fue del 0,4), como resultado de la desaceleración de la actividad productiva de las ramas energéticas y la mayor contracción del VAB de las ramas manufactureras.
 
En cuanto a las ramas energéticas, se incrementaron el 5,4 por ciento interanual (6,6 por ciento en el trimestre anterior). La producción y distribución de energía eléctrica, gas y agua mostró un aumento en el segundo trimestre, mientras que las ramas extractivas disminuyeron su producción, en contraste con el aumento registrado en el trimestre anterior.
 
Por su parte, las ramas manufactureras registraron una bajada del tres por ciento, superior al del trimestre anterior, debido fundamentalmente al peor comportamiento de la metalurgia y productos metálicos, material de transporte y productos no metálicos. La de alimentarias, sin embargo, aumentó su producción frente a descensos anteriores.
 
La construcción experimentó una reducción del seis por ciento, lo que implica un comportamiento más contractivo que en el primer trimestre (-5,8 por ciento), debido a que tanto la edificación, como la obra civil agudizaron su descenso. Por último, el VAB del conjunto del sector servicios bajó un 0,5 por ciento, frente al incremento del 0,4 por ciento entre enero y marzo, resultado de la contracción de los servicios de mercado y de no mercado. Los primeros pasaron del 0,8 al -0,2 por ciento en la variación intertrimestral y los segundos ralentizaron de nuevo su actividad, con una disminución del 1,5 por ciento (-1% en el trimestre anterior).

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