El pasado 8 de mayo tuvo lugar una agresión de un preso a un funcionario en la palentina cárcel de Dueñas. Se trata de Roldán Armando Oyuela Licona, enviado a prisión el pasado 20 de abril por asesinar días antes con una treintena de puñaladas a la salmantina Yolanda Jiménez. Y es que había sido trasladado desde Topas antes de recalar en otra cárcel, debido a su peligrosidad.
Según explican sindicatos de prisiones, en el momento de la agresión el interno se encontraba sentado en las escaleras de su módulo, por lo que el funcionario se acercó y le comentó que no podía estar sentado en este lugar, que debía salir al patio o a la sala de estar. Tras ello Roldán Armando le amenazó de muerte y sacó del bolsillo un peine de plástico afilado por el mango, se abalanzó hacia el funcionario y se lo clavó en la cabeza y en una mano.
Como resultado de la agresión, el funcionario fue atendido en un primer instante en la enfermería de la prisión con resultado de varios puntos de aproximación en cabeza y mano, y posteriormente reconocido en el Hospital Recoletas de Palencia. Actualmente se encuentra de baja médica, pendiente de análisis y resultados por accidente biológico.
Cabe recordar que este hondureño de 35 años acusado de matar a la salmantina Yolanda Jiménez, de 48, durante el domingo 17 de abril, fue detenido por la Policía Local de Alba-Terradillos deambulando por la carretera en dirección hacia la urbanización El Encinar.
El Juzgado de Instrucción número 3, competente en asuntos de violencia sobre la mujer, es el encargado de llevar el caso. La investigación policial ha intentado esclarecer algunos detalles acerca de cómo se produjo el crimen. Como ya publicara SALAMANCA24HORAS, el presunto asesino habría borrado huellas y limpiado a sangre de la víctima, simulando después un atraco.
La principal hipótesis, tras confirmar la autopsia la hora del asesinato, se centra en que Roldán Armando mató a Yolanda Jiménez por la mañana. Entonces, intentó dejar el lugar del crimen sin pruebas de su autoría, de ahí la escasa sangre de la víctima al encontrar el cadáver, que su habitación apareciese colocada e incluso la dificultad de la Policía Científica para recabar pruebas durante dos días, con agentes incluso llegados desde Valladolid.
Horas después, habría regresado a la vivienda para simular un atraco. De ahí que los vecinos escucharan golpes en la puerta del sexto piso, que apareció destrozada, e incluso de que alguno lo viera huir, no concordando la hora del aviso al Servicio de Emergencias 112, las ocho de la tarde, con que la mujer llevaba ya varias horas muerta.
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