Iberdrola decide culminar el proceso de cierre de todas sus centrales de carbón en el mundo

La compañía ha solicitado la autorización de cierre de las plantas térmicas de Lada y Velilla ante el Ministerio de Energía, centrales que suman una potencia conjunta de 874 MW, petición que no afectará al empleo. Iberdrola avanza en su apuesta por las energías limpias y acelera su compromiso de reducción de la intensidad de emisiones de CO2 en un 50% en el año 2030 respecto a los niveles de 2007

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En línea con su firme compromiso medioambiental, Iberdrola ha decidido completar el proceso de cierre de todas sus centrales de carbón en el mundo, fuente de energía que representa, actualmente, solo el 1,8% de la capacidad total del grupo, que asciende a 48.062 megavatios (MW), y el 1,5% de la producción eléctrica en los nueve primeros meses del año en curso: 1.596 GWh vs. 102.494 GWh.

En este sentido, la compañía ha solicitado la autorización de cierre de las centrales térmicas de Lada (Asturias) y Velilla (Palencia) ante el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital, plantas que suman una potencia de 874 MW, una decisión mediante la que ratifica su compromiso de reducción de la intensidad de emisiones de CO2 en un 50% en el año 2030 respecto a los niveles de 2007 y de ser neutra en carbono en 2050.

En contraste, y como reflejo de su apuesta por las energías limpias y la sostenibilidad energética, el grupo Iberdrola ya cuenta con 28.778 MW de capacidad operativa a través de fuentes renovables de producción de energía, fundamentalmente eólica, tanto terrestre como marina (15.902 MW), e hidroeléctrica (12.756 MW).

En esta línea, recientemente, y junto a otras relevantes compañías eléctricas europeas, Iberdrola ha pedido a la Comisión y Parlamento Europeo que apruebe unos objetivos medioambientales más ambiciosos para el año 2030, incrementando la cuota de energías renovables hasta el 35% frente a la propuesta actual del 27%.

Tras el cierre de las últimas plantas de carbón operativas de Iberdrola, que no incidirá en la seguridad del suministro eléctrico -la compañía cuenta con 5.695 MW de capacidad de respaldo en ciclos combinados de gas-, el porcentaje de la capacidad de producción de electricidad libre de emisiones del grupo quedará en el 68%, elevándose en España hasta el 76%.

En el caso concreto de las centrales de Lada y Velilla , su cierre no afectará al firme y demostrado compromiso de la compañía con el empleo, ya que Iberdrola recolocará al 100% de la plantilla -90 empleados en Lada y 80 en Velilla- tanto en las labores de desmantelamiento de ambas plantas, que se extenderán durante cuatro años desde la fecha de aprobación de cierre por parte del Ministerio de Energía y supondrán una inversión cercana a los 35 millones de euros, como en otras instalaciones de la empresa. Las zonas ocupadas por Lada y Velilla serán objeto de una restauración paisajística.

Cabe recordar que desde el año 2001 la compañía ha clausurado en todo el mundo centrales térmicas que suman casi 7.500 MW de capacidad instalada -ver cuadro adjunto-. Destacan el cierre en 2013 y 2016, respectivamente, de dos grandes centrales de carbón en Reino Unido, Cockenzie y Longannet, cuya potencia conjunta ascendía a 3.600 MW. Asimismo, el desmantelamiento en este periodo de tiempo de casi 3.200 MW de plantas de fuel oil.

Gracias a la progresiva descarbonización de su mix de generación eléctrica, Iberdrola lleva ya más de 15 años siendo un referente mundial en la lucha contra el cambio climático, tras haber realizado inversiones por 90.000 millones de euros en el periodo.

Esto le ha llevado a ser, a día de hoy, líder mundial por potencia eólica terrestre instalada, al tiempo que ha reducido sus emisiones en Europa en un 75% desde el año 2000, alcanzando niveles que están un 70% por debajo de la media de las empresas europeas del sector.

Compromiso contra el cambio climático

Iberdrola aprobó ya en 2009 una Política corporativa contra el cambio climático mediante la que se comprometió a, entre otras medidas, apoyar un objetivo ambicioso global de reducción de emisiones; impulsar el desarrollo de tecnologías eficientes desde el punto de vista de las emisiones de gases de efecto invernadero; abogar por un mercado global de emisiones integrado y equitativo y fomentar un uso eficiente y responsable de la energía, involucrando a todos los grupos de interés relacionados con la compañía.

Asimismo, Iberdrola considera imprescindible para fomentar la reducción de emisiones que se dé una señal real de los precios del CO2 y que esta afecte a todos los sectores económicos. La empresa entiende, además, que con políticas climáticas adecuadas que den señales consistentes al mercado, la lucha para mitigar las emisiones, así como los procesos de adaptación al calentamiento global pueden ser una oportunidad de crecimiento económico.

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