Salamanca ha acogido esta semana el vigésimo congreso de la Asociación Española de Toxicología, donde se ha puesto de manifiesto la grave repercusión que provocará a medio plaza los actuales recortes sobre la investigación. Además, estos días se ha conocido que el prestigioso doctor Jesús San Miguel deja el hospital Clínico para continuar su labor investigadora en Navarra. Y, entre medias, la financiación del Centro de Investigación del Cáncer vuelve a ser objeto de debate en las Cortes de Castilla y León. Y es que los expertos prevén un retraso de hasta treinta años por los recortes en investigación en España.
 
Guillermina Font, presidenta de la asociación de toxicología, afirma que “no es que haya un parón, sino que se va a producir un retroceso de veinte o treinta años”, pues la investigación “atraviesa sus horas más bajas y eso nos pone en entredicho como sociedad”. Los recortes, prosiguió, “hacen mella en Educación, Salud e Investigación y eso golpea de lleno a los jóvenes que son el futuro”.
 
Los investigadores, agrupados en el Colectivo Carta por la Ciencia, denuncian un recorte acumulado del 40% desde 2009 y la “muerte por inanición de muchos grupos de investigación”. En su decálogo, el Colectivo propone “un acuerdo social y político para preservar la I+D+i de los vaivenes económicos y políticos”. En el documento, los científicos denuncian que los investigadores que se jubilan no están siendo reemplazados y el número de nuevas plazas estables en los organismos públicos de investigación “se ha desplomado, pasando de 681 en 2007 a 15 en 2013”. Los programas de contratación de jóvenes investigadores, como los contratos Ramón y Cajal para recuperar cerebros en el extranjero, padecen recortes “del 30% o superiores”, alertan.

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