En tiempos de carestía, el ser humano saca a agudizar el ingenio. En Salamanca, cuna del Lazarillo de Tormes, no podía faltar la picaresca a la hora de intentar evitarse el pago de algunos euros en determinados momentos. De ahí que la crisis también esté provocando un incremento de los ‘sinpa’, es decir, clientes que se marchan sin pagar de restaurantes, bares o gasolineras. Así lo ha podido comprobar SALAMANCA24HORAS en algunos negocios del sector servicios.

Bares y restaurantes del centro de la ciudad han detectado más fugas de lo habitual hasta ahora entre sus clientes, sobre todo parejas que aprovechan las horas de mayor afluencia en las terrazas para marcharse cuando el camarero se encuentra en el interior del local. Así, los hosteleros están comenzando a exigir que se pague la cuenta nada más servir, en lugar de esperar a que el cliente termine la consumición.

Algo parecido ocurre con las gasolineras. En la mayoría ahora se ha implantado el autoservicio, dejando que el conductor reposte el carburante por su propia cuenta y después vaya hasta la caja para pagar el dinero correspondiente. Pero hay quienes aprovechan momentos de tumulto de coches para abandonar el lugar sin pagar. De ahí que en algunas gasolineras se esté implantando el sistema de obligar al cliente a pasar antes por caja, decir cuánto va a consumir, abonarlo y entonces el trabajadores de la gasolinera le habilita el carburante pagado para que pueda echarlo en el depósito del vehículo.

Todos los negocios consultados por este diario admiten que siempre se ha producido el fenómeno del ‘sinpa’, pues “siempre hay algún jeta”, pero en los últimos tiempos se ha incrementado su práctica. “Y no puedes salir corriendo detrás de alguien a buscarlo y dejar el negocio sin atender”, explica un camarero salmantino.

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