Hace exactamente un mes, Francisco Guarido prometió su cargo como alcalde de la ciudad. En un acto multitudinario, que congregó a cientos de simpatizantes de la izquierda en la Plaza Mayor, el líder de IU tomó el bastón de mando después de veinte años de gobierno del Partido Popular. Desde entonces, su labor ha ido dirigida a solucionar los problemas de distinta índole que han ido surgiendo. en el Ayuntamiento. Y no han sido pocos.

En primer lugar, Guarido y su equipo tuvieron que enfrentarse al desarrollo de las Ferias y Fiestas de San Pedro. Menos de una semana después de acceder al cargo, el alcalde afrontó diez días de intensa actividad representativa para controlar una serie de actos organizada por el gobierno saliente. Todo ello mientras su figura se convertía en un icono de Izquierda Unida a nivel nacional y las radios y las televisiones de Madrid le reclamaban de forma constante para intervenir en sus programas.

De forma paralela a las fiestas, surgió el primer problema serio, desde el punto de vista mediático y de funcionamiento, para el nuevo gobierno: el asunto de la apertura de las piscinas municipales; un tema que salió a la palestra tras conocerse el mal estado de la instalación del Tránsito y que se extendió también a Higueras y a la Sindical cuando se supo que ninguna de las dos podría abrirse en la fecha prevista, el 24 de junio.

Desde entonces, la apertura de las piscinas se convirtió en un objetivo prioritario en el que trabajar para Guarido y los suyos que, curiosamente, pudieron darle una solución, en primer lugar, a la del Tránsito. Más tarde, lograron poner en marcha la de Higueras y, precisamente este lunes, podrán zanjar el problema con la entrada en funcionamiento de la Sindical, tres semanas después de lo planeado por el anterior equipo de gobierno.

El reparto de culpas de esta situación y la polémica acerca de los móviles presuntamente no devueltos por el equipo saliente a la Alcaldía han traído consigo los primeros rifirrafes entre Izquierda Unida y el Partido Popular. La oposición también criticó la tardanza de Guarido a la hora de formar gobierno, otro de los temas que ha tenido que gestionar el nuevo alcalde con una cierta celeridad.

Finalmente, y tras llegar a un acuerdo con el PSOE, Guarido repartió los cargos durante la primera semana de julio, convocó el Pleno unos días después y, este mismo lunes, constituirá la Junta de Gobierno Local. Desde allí, comenzará a trabajar, junto a su equipo, que no se tomará vacaciones este verano, para sacar adelante proyectos básicos como el de la bajada de impuestos o la reforma en Urbanismo. Tras el primer mes, al alcalde aún le quedan 47 para poner en marcha la nueva ciudad que tiene en mente.

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