Mientras desfilaban y cantaban al unísono su marcha militar, el organizador del pasacalles les indicaba cuándo detenerse y qué hacer mediante un megáfono. Los "soldados" se dirigían a él como "señor", y entre sus tareas estaban el mantenerse firmes, descansar y saludar a la gente de la calle. Las dósis de humor eran el principal ingrediente que caracterizaba el espectáculo, siempre matizadas por cierta improvisación.
Una vez llegaron a la Plaza Mayor, cada uno de ellos buscó a una pareja entre el público, con la cual tuvieron que bailar y realizar juegos. Electra pertenece a la asociación de teatro universitario, y la idea de realizar este divertido pasacalles surge a raíz del deseo de crear un día para el teatro univeristario, y nace con intención de continuidad.
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