Casa de Argentinos en Salamanca: '¡Ché, qué bueno que viniste!' 

La asociación cultural coordinada por el matrimonio entre Alberto Pazos y Marta Norese, lleva desde 2002 proporcionando un lugar de encuentro para los argentinos afincados en Salamanca. Por fin han conseguido que el Ayuntamiento les ceda una sede como punto de encuentro. Ya solo les queda un sitio para hacer el asado. Admiten propuestas. Y visitas
 

 Casa de Argentinos en Salamanca: '¡Ché, qué bueno que viniste!' 
Casa de Argentinos en Salamanca: '¡Ché, qué bueno que viniste!' 

Cuando el movimiento migratorio ocupa un polémico espacio en el concierto internacional y las políticas de inmigración se tornan cada vez más restrictivas, resulta un alivio descubrir un colectivo de extranjeros en la capital del Tormes orgulloso de su integración en la ciudad. Sin prejuicios, sin choque cultural ni conflicto. Aproximadamente 400 argentinos están censados en la provincia y en torno a 120 están adscritos a la Casa de Argentinos de Salamanca. Una asociación cultural nacida en 2002 con la intención de proporcionar un lugar de encuentro para aquellas personas llegadas desde el país latinoamericano, desandando las huellas de sus abuelos, que un día marcharon en los “vapores” a “hacer las américas”.

Fue el caso de Alberto Pazos y Marta Norese, un matrimonio bonaerense que llegó a España en el 1995 y coordina la Casa de Argentinos en Salamanca. Hoy situada en el antiguo Colegio Luis Vives, antes, nómada entre los domicilios de sus miembros. Antigua reivindicación la suya por una sede, por fin satisfecha, aún no tienen un lugar para el asado. Se admiten propuestas. A lo largo de los años han participado en numerosas actividades organizadas por diferentes instituciones, entre ellas el Ayuntamiento o la Universidad a través del Instituto de Iberoamérica y han fomentado los lazos entre sí y con la comunidad local.

Integrados en la Unión Democrática de Pensionistas de España durante una época, participaban cada año en diferentes cursos de su escuela itinerante. Junto al Ayuntamiento, la noche del tango en la Plaza Mayor, que reunió a más de un centenar de parejas, y desde el Instituto de Iberoamérica participaban en el ciclo Salamanca Latina. Incluso, han participado en el desarrollo de la radio del penal de Topas para la integración de los presos. Durante este febrero, estarán en la Casa de las Conchas con la reproducción de tres películas, los días 14, 15 y 21, para cerrar los actos el 27 con un coloquio que incluirá una exhibición de tango. 

Tras una vida dedicada a sus carreras en Argentina, él ingeniero y ella profesional de la música, emigraron en el año 95 hacia España y canalizaron aquí sus conocimientos hacia la docencia. De hecho, Marta Norese hizo su doctorado en relación con el tango y halló documentos que desmintieron algunos mitos acerca de la sensual danza. No en vano, es corresponsal de la Academia Nacional del Tango y se mantiene activa como intérprete musical, además de haber coordinado diferentes jornadas de tango con la Universidad de Salamanca.

“El que se arriesga a viajar muchas veces no es porque no tenga remedio, a menudo tienen una buena posición en su país pero les mueven otras motivaciones. Lo que es seguro es que son unos valientes”, valora Marta Norese. Reconocen que en Salamanca no han sufrido prejuicios relacionados con la xenofobia. Únicamente, problemas administrativos con la burocracia española, algo que no es exclusivo de colectivo migrante, ni mucho menos. “España nos aceptó sin ningún problema. Se pudo encontrar trabajo y hacer una familia. Por eso nos quedamos”, apunta Alberto Pazos. La pareja tiene un hijo empleado en Madrid, del que hablan sin disimulo repletos de orgullo.

La Casa de Argentinos en Salamanca experimentó un repunte en su afiliación durante los años posteriores al 'corralito' en 2001. “Los bancos se quedaron con el dinero de la gente. Hubo quien lo perdió todo. Se desató una gran violencia en el país. Fue una situación terrible”, relata Marta, quien reconoce que todo aquello les pilló ya en España, pero que alcanzó a muchos miembros de sus familias. “Cuando la crisis llegó a España en 2007, muchos de los argentinos que habían venido durante el 'corralito' se volvieron a Argentina. Al fin y al cabo, allí se encontraban menos solos”, valora.

No solo la crisis económica de 2007 y el bloqueo del sistema financiero argentino en 2001 han unido los designios de las dos naciones de manera puntual. Antes, miles de españoles, muchos de ellos gallegos, habían cruzado el charco para buscar riqueza en el país albiceleste y retornar a España encontrando una vida mejor. Hubo quien regresó y hubo quien implantó fructíferos negocios que propiciaron la creación de una familia allí. Por ello, la relación entre ambos países se ha ido entrelazando hasta formar un férrea comunidad hispanoargentina  rica en cooperación y cariño, donde nunca se pone el sol.

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