En un continuo aprendizaje se encuentra el alevín C del Amigos de Cabrerizos. Formado por doce jugadores, la mayoría de primer año en la categoría, militan en el grupo dos de la Tercera Provincial, en la que ya han conseguido 18 puntos. Se mantienen, eso sí, lejos de la cabeza aunque eso sea lo menos importante en estas edades.

Lo que verdaderamente es esencial en las cortas edades en el fútbol es la progresión y el saber adaptarse a cada situación. Esa inteligencia en el deporte, principalmente a la hora de crearte espacios y saber elegir, llegará antes si se comienza ya en el fútbol 7. Por eso, en este equipo buscan un aprendizaje por encima de cualquier otra cosa.

Obviamente, los resultados, de esta manera, acabarán llegando aunque esta temporada esté siendo complicada en este aspecto. También hay que tener en cuenta que el físico es muy importante y estos pequeños futbolistas deben enfrentarse a otros mayores, a los que, a pesar de jugarles muy bien, acaban sin puntos.

Sin embargo, lo que queda claro es que la progresión de los chicos en los dos últimos años, de los que la mayoría siguen juntos, ha sido muy grande. De hecho, en esta temporada y media han evolucionado a la hora de tener el balón en los pies y también en la colocación sobre el terreno de juego, aspecto vital a la hora de competir.

Este objetivo, el de la competición, es el que se han impuesto otros muchos equipos pero el alevín C del Amigos de Cabrerizos conoce muy bien que se competirá cuando haya opción de eso, que será cuando ya vayan adquiriendo más conceptos, de lo que todavía tienen mucho tiempo. Más allá de ese límite del fútbol 7, incluso, en el deporte rey en España nunca se deja de aprender.

De momento, como se ha dicho, están buscando progresar con el balón en los pies, siempre intentando mantener la posesión y buscar una presión alta cuando no se pueda para recuperarla lo antes posible. Así, además, todos disfrutan más, desde los propios futbolistas hasta sus padres y familias, afición del conjunto.

Más allá de los límites del terreno de juego, esa cultura del esfuerzo tan nombrada últimamente es lo que se intenta impregnar a los jugadores. Solo con perseverancia se pueden conseguir las cosas y, en el caso de que sea en los estudios, esto se toma muy en serio. De hecho, hay castigos deportivos en el caso de que alguien baje del seis porque lo importante es que consigan hacerse un camino en la vida.

De esta manera, con la formación por bandera, el cuerpo técnico no pierde un ápice el sentido de lo que son, unos educadores que van más allá del simple balón. Todo es fútbol en entrenamientos y partidos pero el fútbol puede llevar a otros ámbitos todavía más importantes como, por ejemplo, que no haya ningún tipo de conflicto a causa de un encuentro.

La plantilla está formada por Ángel, Joel y Hugo (porteros); Saúl, Álvaro y Marco (defensas); Álex, Héctor y Daniel Esteban (centrocampistas); Juan, Daniel Moreno e Íker (delanteros);

Ismael y Saúl (entrenadores).

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