Los ópticos y optometristas de Salamanca advierten de los daños oculares que provoca el frío

El problema ocular más común en el invierno es la sequedad, que se traduce en una sensación de quemazón o picor, ya que los niveles de humedad se reducen mucho con la calefacción encendida

 Los ópticos-optometristas avalan la ortoqueratología como método para corregir la miopía sin gafas ni lentillas
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Durante los meses de invierno, el aire, el sol o la calefacción pueden causar daños oculares. Además, hay que tener en cuenta que exponerse al sol sin protección durante la práctica de deportes en la nieve puede originar importantes quemaduras en la córnea, la retina y el cristalino.

Desde el Colegio de Ópticos-Optometristas de Castilla y León (COOCYL) insisten en que el sol no es la única amenaza para nuestros ojos. “Aunque muchas personas piensan que el invierno es la estación más húmeda del año por la mayor presencia de lluvia y nieve, hay jornadas en las que el aire puede llegar a ser muy seco”, apunta la secretaria general de COOCYL, Ana Belén Cisneros.

Ese ambiente frío y seco puede irritar los ojos, incluso en los climas más templados, “algo que deben tener en cuenta los usuarios de lentes de contacto”.

Por su parte, el delegado de COOCYL en Salamanca, Mariano Luengo, insiste en que en el interior de las casas también hay que tener en cuenta algunos consejos para cuidar la salud visual. “No poner la calefacción muy alto porque la sensación de ojo seco será mayo”, puntualiza. Al respecto, recomienda crear un ambiente húmedo con humidificadores específicos o recipientes de agua sobre los radiadores, “así como ventilar aunque sean cinco minutos ya que permite eliminar partículas en suspensión que también pueden perjudicar a la conjuntiva”.

Las personas que experimentan mayor incomodidad son las que padecen el denominado síndrome de ojo seco, con síntomas como dolor, visión borrosa, enrojecimiento o incluso lagrimeo excesivo, o las que utilizan lentes de contacto, “que cuando empiezan a secarse dentro del ojo pueden perder su forma y adherirse al globo ocular, lo que causa incomodidad y visión borrosa”. Por eso desde COOCYL insisten en la importancia de mantener una correcta lubricación de los ojos.

En la calle, los ópticos-optometristas de Castilla y León recomiendan usar gafas para proteger los ojos del frío y del viento, “porque el frío también resecará la conjuntiva y su entorno, y si es muy intenso puede dar la sensación de que ‘se cristaliza’ la lágrima”, detalla Mariano Luengo.

En cuanto a la nieve, cabe recordar que un día en ella puede ser más dañino que disfrutar de una jornada en la playa. “La razón es que la nieve refleja más del ochenta por ciento de la luz solar, incluida la radiación ultravioleta”, añade Ana Belén Cisneros.

En el caso de desplazarse a la montaña, la radiación aumenta un diez por ciento de cada mil metros que ascendemos, “la mayoría de las personas que disfrutan en la nieve no es consciente del tiempo que permanece expuesta a este reflejo intenso de la luz al sol”.

Alguno de los consejos para evitar el daño ocular frente al frío son beber más líquidos, parpadear con más frecuencia, ya que cuando uno se concentra en una tarea visual compleja, como las de un ordenador, desciende el número de parpadeos por minuto, lo que puede provocar sequedad, y utiliza gafas para salir a la calle, ya que protegen los ojos del efecto secante del viento.

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