Cuarta corrida Feria de Cali. Tres cuartos de aforo. Toros de Juan Bernardo Caicedo muy agradables de juego y presentación. Javier Castaño, silencio y dos orejas. Guerrita Chico, silencio y pitos. Pablo Hermoso, rejoneador, oreja y ovación.
 
Según recoge la crónica de www.mundotoro.com, "el diestro español vino muy dispuesto, en el que abrió la tarde, un toro con muchas complicaciones ejecutó una faena a base de entrega a pesar la las embestidas con la cara alta del toro. Le despachó de una estocada que asomó por el brazuelo recibiendo algunas palmas a sus deseos fallidos. Afortunadamente su segundo, un precioso castaño con mucha calidad y nobleza le permitió hacer su personal forma de torear, con verdad, con temple, con mucha entrega y con valor que asusta. Se metió dentro de la media luna trágica a milímetros de los pitones sacando pases que parecían imposibles. La plaza entera con la respiración contenida y de pies, estalló en una sola ovación cuando se volcó sobre el morrillo dejando un efectivo espadazo. Las dos orejas pronto llegaron a sus manos y las paseó triunfalmente, con la felicidad reflejada en su rostro. Ha conquistado una importante plaza americana".

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