Introducirse en los adentros del territorio ‘bravo’ es adoptar unas sensaciones “paranormales”. Es cruzar una línea que te permite conocer sensaciones, experimentar sentimientos que a veces ni siquiera eres capaz de describir con palabras. Porque las palabras, en ocasiones, carecen de sentido e incluso de irrelevancia.
Cuentan que algo así sucede cuando pones un pie en la finca ‘Linejo’, territorio Matilla de los Caños del Río, actual propiedad del ganadero Juan Ignacio Pérez Tabernero, un gran amante de los animales, que regenta el hierro del doble círculo, Montalvo. Sus animales, la mayoría a día de hoy, rama Domecq, Daniel Ruiz y Juan Pedro, comparten hábitat con las reses de procedencia Martínez, un toro que estuvo en la lista de predilectos de los memorables maestros del toreo, Joselito ‘El Gallo’ y Juan Belmonte. Estos últimos son mínimos ejemplares, puro romanticismo por el pasado.
Las imágenes hablan por sí solas, desvelan un toro hondo, con mucho peso, de los que impone, bajo mi humilde opinión, en el campo y en el albero. Con una embestida noble, emotiva, de calidad. No es casualidad que las figuras regenten asiduamente esta casa.
Montalvo, ha sido, es, y muy por seguro, seguirá siendo una ganadería para soñar el toreo.
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