Paco Fernández Buey ha sido, para los organizadores de este homenaje, un maestro para todos los que aspiramos a la transformación de nuestra sociedad. Formado en Filosofía y Letras en la Universidad de Barcelona durante los duros años de la dictadura franquista, siempre empleó su trabajo académico como un puente de intercambio entre los movimientos sociales y las investigaciones sobre las sociedades capitalistas.
Discípulo de Manuel Sacristán, impulsó la creación del Sindicato Democrático de Estudiantes en 1965, dos años después de haber ingresado en el PSUC, el partido de los comunistas catalanes. En 1966 coorganizó la "Capuchinada", el primer encierro estudiantil contra la dictadura. Durante la década de los setenta participó en la fundación de diferentes proyectos y revistas fundamentales de la historia política y cultura de España, como Materiales y mientras tanto, además de colaborar en la emblemática El Viejo Topo.
Sus trabajos sobre Gramsci resultan esenciales para el conocimiento del pensador marxista italiano. En la década de los noventa escribe su obra más importante: las ideas para un racionalismo bien temperado en "La ilusión del método" (1991); una introducción a los nuevos movimientos sociales en "Redes que dan libertad" (1994); una crítica de las políticas de destrucción del otro en "La barbarie" (1995); una radical reflexión sobre la dominación española de América en "La gran perturbación" (1995) y materiales para un programa ecosocialista en "Ni tribunos" (1996). Su dedicación a la divulgación reflexiva sobre los clásicos le llevó a escribir varios textos sobre Marx, Lenin y Einstein, y a fundar, en 1998, la colección Clásicos del Pensamiento Crítico.
En este homenaje se presenta en Salamanca su obra póstuma, "Para la tercera cultura", libro en el que estaba trabajando cuando la implacable enfermedad que acabaría con su vida estallaba con toda su virulencia. Salvador López Arnal y Jordi Mir, discípulos y amigos de Paco, han preparado esta edición, exquisitamente respetuosa con el material original, y cuyo resultado nos ofrece uno de los libros más perspicaces, más penetrantes, más poderosos y más elaborados de Francisco Fernández Buey.
Esta es, pues, una excelente ocasión para revisar la tarea intelectual del pensador palentino, recriado en Barcelona, en torno a la filosofía de la ciencia y la construcción del concepto de “tercera cultura”, con lo que implica de diálogo necesario, obligatorio, entre las ciencias experimentales, las ciencias sociales y las humanidades, un diálogo imprescindible para entender el siglo XXI. Un diálogo, apunta Fernández Buey, por el que las dos culturas, la humanística y la experimental, debían confluir no ya en una tercera cultura, sino en la cultura, es decir, en una cultura sólida, y no sólo teórica, basada en el pensamiento crítico, que es la única que nos puede permitir “ser auténticos responsables de nuestra evolución para convertirnos en ciudadanos competentes en sociedades cohesionadas y más justas”.
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