Las profesiones del futuro que se aprenderán en la Facultad de Medicina

Según un estudio de The Future Laboratory recogido por Universia, la profesión pasará por la tecnología hasta el punto de desarrollarse nuevos ámbitos como diseñador de piezas humanas, nanomédico, médico fetal y terapeuta tecnológico. La modernización en los métodos de enseñanza y la evolución de los planes de estudio, claves para conseguirlo

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La tecnología lo sigue abarcando todo y la medicina no escapará de ella. La robótica, la inteligencia artificial y la virtualidad es el futuro y esto permitirá ampliar el acceso a los servicios de salud en zonas remotas del mundo, se compensarán discapacidades físicas y se curarán enfermedades que hoy no se puede. 

De esta manera, The Future Laboratory ha publicado un estudio en el que el rol de la universidad queda muy definido. La modernización en los métodos de enseñanza también es el motor para evolucionar hacia planes de estudio que contemplen asignaturas virtuales en los que los alumnos de Medicina puedan adquirir habilidades digitales claves en el mercado laboral. 

Para conseguir esto, obviamente, los docentes requerirán de formación específica y las propias empresas deberán tener un rol fundamental debido a que el conocimiento avanza más rápido en el mercado que en la academia. Las oportunidades de aplicar lo aprendido en contextos reales se pluralizarán para ofrecer una mejor preparación a la hora de enfrentar el mercado laboral.

Especializaciones médicas

En concreto, The Future Laboratory, según recoge Universia, cifra en cuatro las profesiones del futuro en la medicina y, por tanto, lo que habrá que estudiar en las facultades. La primera es la de diseñador de piezas humanas, importante una vez que la vida humana sigue su progresión y se extenderá a un promedio de 100 años gracias a prácticas como la sustitución de órganos o la corrección de trastornos mentales como el alzheimer. 

Así, según recoge Universia, los diseñadores de piezas humanas se valdrán de la impresión 3D ya existente, pero optimizada a un nivel de sofisticación y universalización que será tan efectiva como accesible. Tendrán conocimientos técnicos de bioingeniería que les permitirán imitar el tono de piel de la persona para quien construyen la pieza cuando se trate de órganos externos.

En segundo lugar, también se desarrollará la profesión de médico fetal, una práctica que ya se viene realizando pero que en 2025, según recoge, será masivo para poder curar patologías antes del nacimiento. De esta manera, se reducirá la cantidad de muertes maternas durante el parto, la mortalidad infantil y los riesgos de atravesar largos períodos de incertidumbre por enfermedades congénitas.

El llamado nanomédico será otra variante de la medicina basado en chips en miniatura y medicinas a pequeña escala que podrán curar enfermedades como el cáncer. El cuerpo del paciente será intervenido con nanorobots que el médico operará y administrará para asegurar que la tecnología no sea dañina. Aunque se han realizado pruebas, la medicina aún no está en condiciones de declarar el éxito en este ámbito pero al ritmo que avanza, lo estará en unos pocos años. Las cirugías en cualquier grado de complejidad, también se beneficiarán de la implementación de nanorobots.

Por último, el terapeuta tecnológico se encargará de desintoxicar a quienes padezcan adicción a la tecnología, reflejándose en el uso compulsivo de un videojuego o dispositivo móvil. Los pacientes asistirán a una terapia específica para tratar su trastorno, desde un abordaje que trabaje sobre la dependencia tecnológica en lugar de tratarse como una obsesión psicológica de cualquier otro tipo. Como resultado, quienes logren recuperarse podrán utilizar la tecnología de manera moderada.

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