​Salamanca, centro de referencia del español durante los meses de verano

La Universidad de Salamanca acoge a más de 1.700 estudiantes de todo el mundo en los meses de julio y agosto que acuden para los Cursos Internacionales de Lengua y Cultura Españolas, que alcanzan ya su edición número 55

 Estudiantes de español
Estudiantes de español

Salamanca y su Universidad van ligados desde hace 800 años hasta tal punto de que el Estudio salmantino se ha convertido en una de las señas de identidad más destacada (si no la que más) de la ciudad charra.

A lo largo de todo el año, decenas de miles de estudiantes acuden a la capital del Tormes para cursar sus estudios superiores y formarse en una universidad de prestigio no sólo en España, sino en todo el mundo, y que ya es ocho veces centenaria (la más antigua del país y una de las más longevas a nivel nacional).

Por lo general, todo ese alumnado llega a principios del mes de septiembre, dispuesto a afrontar más de 9 meses no sólo repleto de estudio, sino también de vida, haciendo que Salamanca sea uno de los epicentros universitarios por excelencia y esa despoblación que sufre la ciudad charra se frene, al menos, parcialmente.

Sin embargo, con la llegada del verano, prácticamente la totalidad de todos los y las estudiantes de Salamanca se van. Los que son de fuera regresan a sus ciudades y pueblos, ya sea para preparar otro año como el anterior o para sumergirse en otros estudios o el mercado laboral; por su parte, los charros y charras que cursan estudios en la USAL se olvidan de las clases durante varios meses, disfrutando de unas semanas de vacaciones (los y las que pueden) junto a amigos, amigas y familiares.

Pero la Universidad de Salamanca no ceja en su actividad lectiva durante los meses de junio, julio y agosto. A toda la preparación del siguiente curso se le suman los Cursos Internacionales de Lengua y Cultura Española, que reúne, en este 2018, a más de 1.700 estudiantes de todo el mundo que acuden al Estudio salmantino para impregnarse de un idioma y de una cultura de la que la capital del Tormes hace gala.

Unos cursos que ya alcanzan su edición número 55, desde que César Real de la Riva fundase, en 1963, el Secretariado de los Cursos de Verano de la Universidad de Salamanca y se comenzasen a impartir clases de español para extranjero (si bien, en verdad, hay registros que desde el 1928 ya se daban dichas enseñanzas en el Estudio salmantino).

Desde entonces, estos Cursos Internacionales de Lengua y Cultura Española (porque no sólo se enseña el idioma) no han dejado de crecer paulatinamente, hasta el punto de congregar en un solo verano a 1.727 estudiantes procedentes de 66 nacionalidades diferentes. Estos vienen, principalmente, del continente americano (más del 70%), si bien no deja de aumentar el número de asiáticos y asiáticas que aducen a la Universidad de Salamanca para empaparse y aprender un idioma y una cultura totalmente diferente a la suya.

Estos cursos, que han recorrido un largo camino en la mejora continua de la docencia y la investigación del español, se han convertido uno de los pilares fundamentales de la proyección internacional de la Universidad de Salamanca.

Y es que, desde los primeros 11 alumnos de español como lengua extranjera, más de 260.000 estudiantes de todo el mundo han aprendido la lengua de Cervantes gracias a las más de cincuenta ediciones de los Cursos Internacionales de Lengua y Cultura Españolas de la Universidad de Salamanca.

Una iniciativa que, sumada a otras más recientes, como la creación del Centro Internacional del Español (CIE-USAL); las franquicias de ELE-USAL (14 hasta la fecha); la puesta en marcha del Servicio Internacional de Evaluación de la Lengua Española (SIELE); la Cátedra de Altos Estudios del Español; o el Máster Universitario en La Enseñanza del Español como Lengua Extranjera (MUSAL-e); han logrado la consolidación de a la Universidad de Salamanca como la ‘Universidad del Español’.

Una bandera que enarbola el Estudio salmantino al haber impulsado un modelo formativo que prima la inmersión cultural (y no sólo idiomática, que también) y que fomenta la creación de vínculos y experiencias de los y las estudiantes foráneos que acuden a Salamanca (tal y como hace con todos aquellos y aquellas que acuden el resto del año a Salamanca), recordando los meses vividos en Salamanca como uno de los mejores de su vida. Porque como decía Miguel de Cervantes en ‘El licenciado Vidriera’, “Salamanca, que enhechiza la voluntad de volver a ella a todos los que de la apacibilidad de su vivienda han gustado”.

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