La organización de consumidores Ceaccu ha presentado los resultados de una encuesta de ámbito estatal (realizada a partir de 1.200 entrevistas distribuidas de forma proporcional según zonas Nielsen) sobre los hábitos y nivel de información y confianza de los consumidores en la contratación de productos de ahorro o inversión. El estudio aborda cuestiones como la calidad de la información que ofrecen los bancos; el grado de conocimiento de los consumidores respecto a los distintos productos financieros y a los derechos que les amparan; sus hábitos de ahorro y cómo se han modificado a lo largo de crisis, o su confianza en la fiabilidad y seguridad de las entidades.
 
En primer lugar, destaca que no hay diversificación del ahorro. El 81% de las personas entrevistadas que trabajan con algún banco, lo hacen exclusivamente con uno. La edad media de relación es ligeramente superior a los 17 -20 años, según sea banco o caja. La banca tradicional (presencial) es la que se utiliza mayoritariamente con algo más del 90% de los encuestados, mientras que la banca online alcanza un uso del 32% y es principalmente gente joven, de mediana edad y con alto nivel de estudios quienes trabajan con ella.
 
El incremento en el uso de la banca online se refleja en la formalización de contratos a través de Internet ya que el 23% al menos lo ha realizado de manera esporádica. Aún así, los contratos se siguen formalizando generalmente en la propia oficina y únicamente el 3% no lo realiza nunca en las sucursales. Los usuarios de Internet suelen ser de mediana edad y con un alto nivel de estudios.
En relación a todos los productos financieros analizados, los entrevistados consideran que la fuente de información que más les influyó, o que más les puede influir, es el asesoramiento que les ofrecen en su entidad bancaria habitual. Esta opinión se acentúa cuanto más complejo es el producto que se está contratando: entre el 79% y el 52% según el producto.
 
En cuanto a la calidad de la información que ofrece la entidad bancaria, ésta se considera menos adecuada cuando se trata de productos como los fondos de inversión y los títulos. En el caso de estos mismo dos productos, fondos de inversión y títulos, las personas que los contratan consideran que no disponen de una buena información sobre los conceptos por los que le cobra la entidad. Se tiene mayor conocimiento de las comisiones referentes a las tarjetas, cuenta corriente y depósitos a plazo fijo.
 
Cerca del 30% no conocen este derecho a disponer de la información verbal también por escrito y algo más del 3% piensa que la entidad sólo tiene la obligación de dar por escrito la información básica. Según la normativa MIFID, cuando un consumidor desea contratar un producto de inversión, debe rellenar un cuestionario para conocer su perfil como inversor y conocer si está capacitado para seguir adelante con dicha inversión. De las personas que recuerdan haber cumplimentado el cuestionario MIFID, cerca del 70% afirma que en ningún momento se le informó de que podría perder los derechos de la inversión.
 
En cuanto a conocimiento de los distintos productos financieros, el consumidor relaciona la bolsa y la compraventa de acciones con riesgo (90%) y depósitos con seguridad (95%). Las diferencias entre depósitos a plazo fijo, estructurados e indexados, son desconocidas por más del 50%. Poco más del 10% afirman que conocen las diferencias entre los dos tipos de depósitos a plazo fijo y el 36% sabe que existen diferencias pero no saben concretar cuales son.
 
Planes de pensiones y de jubilación
 
Sigue habiendo desconocimiento entre las características de cada uno de ellos: el 47% cree que el plan de pensiones se puede rescatar y el 54% cree que los planes de jubilaciones tienen ventajas fiscales. Cerca del 55% de las personas entrevistadas no conocen la existencia de un fondo de garantía en el caso de quiebra de la entidad bancaria. Solo el 32% considera que las inversiones en arte, joyas, sellos, bosques naturales, etc. no tienen ningún tipo de garantía.
 
En cuanto los préstamos hipotecarios, se consideran, erróneamente, obligatorios (en una 60% de los casos) los gastos de seguro multi-riesgo de hogar y seguro de vida. El seguro de incendios, el único realmente obligatorio, es el que menos obligatoriedad se le atribuye. En general, cuando se ha acudido a la firma de algún tipo de crédito, no es habitual que el notario advierta de la existencia de alguna cláusula abusiva en el contrato durante la firma de un crédito, solo ocurre en el 19% de los casos.

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