La Asociación se  fundó en 1988 y nació por la necesidad de un grupo de aficionados de compartir sus inquietudes sobre esos arbolitos en maceta, que los Japoneses llaman "Bonsáis". Por aquella época se sabía muy poco en occidente sobre este arte, algún libro se podía encontrar en librerías especializadas, pero las traducciones, según asegura Francisco Jesús Martín, su actual secretario, no eran muy buenas, y tampoco había revistas sobre el tema.  Algunos de los socios fundadores ya se conocían y compartían afición por este arte, otros coincidían en viveros, y así, un pequeño grupo se juntó para dialogar, experimentar e intentar reunir toda la información sobre este apasionante mundo. “Poco a poco, la recién fundada asociación empezó a reunir aficionados en su sede, que mediante la asociación descubrían este arte. Hemos llegado a reunir unos 40 socios, hoy en día somos 25 socios tanto de Salamanca capital, como de otras zonas como Zamora, Extremadura o Santander”, dice.
 
Desde su fundación los miembros se reúnen el primer y tercer martes de cada mes, de septiembre a junio. También realizan talleres los fines de semana de mañana, tarde e incluso de día completo. Se realizan diferentes actividades a lo largo de todo el año, que se suelen centran en los trabajos requeridos por los árboles, dependiendo de la estación del año, buscando tanto la salud como la estética de los árboles.
 
 Además, la Asociación Salmantina de Bonsáis realizan cursos en los que se aplican las técnicas de trasplante, modelado, alambrado, poda, pinzado, etc, y en los que intentan desarrollar las técnicas más avanzadas para la creación de bonsáis a partir de plantas de vivero o recuperadas. “Es importante dejar claro que cualquier persona puede hacer bonsái con una planta de vivero”. La edad de los árboles, explica, no siempre está relacionada con el tamaño y “no es determinante para que apreciemos su valor artístico”. Intencionadamente crean en los árboles la apariencia de vejez utilizando técnicas de cultivo y diseño adecuadas.
 
La mayoría de los bonsáis cultivados habitualmente proceden de viveros especializados. Las especies más adecuadas para el cultivo del bonsái son las coníferas por su facilidad de adaptación a este arte, aunque es muy frecuente el uso de plantas de hoja caduca, en las que buscamos un tamaño de hoja reducido y un crecimiento controlado. Lo fundamental, no obstante, es adaptar al máximo las especies autóctonas de nuestro entorno. En este sentido, especies como el roble, olivo, encina, etc, son muy valoradas por los aficionados.
 
Cada socio paga una matrícula de 12 euros en el momento en que ingresa, y continúa con una cuota de 9 euros al mes, que se utiliza para el mantenimiento del local, aunque se realizan muchos tipos de actividades, también se realizan cursos de "Iniciación al Bonsái" para los nuevos socios, que se realizan en los meses de septiembre y octubre, con la llegada de la primavera. A esto se suman visitas a viveros de las ciudades para la compra de material y para ayudar a los nuevos socios a comprar material adecuado a sus necesidades. Para los socios que necesitan más formación, invitan a maestros de talla internacional, como es el caso de "Marco Invernizzi", uno de los primeros alumnos no Japoneses en aprender el arte del Bonsái de mano del maestro" Masahiko Kimura", con el realizan cursos de alambrado, poda, modelado y otros.
 
Por otro lado, para darse a conocer realizan diferentes exposiciones a lo largo del año, tanto en la ciudad de Salamanca como alrededores. “En la ciudad de Béjar solemos exponer una vez al año y se realizan talleres para los asistentes. En Salamanca este año hemos participado en la " XIV SEMANA CULTURAL DEL JAPÓN" en colaboración con El Centro Cultural Hispano- Japonés, realizando diferentes actividades, como una exposición de bonsáis que duró una semana o un taller para todo aquel que quisiera llevar su bonsái”. Con motivo del año Dual Hispano-Japonés también han participado con el Ayuntamiento de Santa Marta de Tormes, mediante su escuela de Hostelería, en otra exposición de bonsáis. De cara a un futuro próximo, ya están planeando nuevas actividades para el otoño.
 
“Pero no solo nos reunimos para hablar de bonsáis tanto cuando nos despedimos antes del verano, como en Navidad. Todos los socios nos reunimos para hacer una merienda, con un pequeño rastro de bonsáis, macetas, herramientas... donde todos los socios pueden vender o comprar lo que quieran”. El secretario de la Asociación Salmantina de Bonsáis añade que “estamos abiertos tanto a nuevos socios, como a cualquier persona que quiera pasar a conocernos sin ningún compromiso”.

Para acudir a conocer este mundo de naturaleza mágica en un mini-mundo, sólo hay que acercarse a la sede, situada en C/Mayor, 30, local número 3. 

 
 
 

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