Los valores finalistas son aquéllos que configuran el marco de referencia para la conducta personal. Según la investigación, lo que más importa a los jóvenes tiene que ver con su ámbito personal. Tener personas en quien confiar, tener unas buenas relaciones familiares, ganar dinero o tener éxito en el trabajo es considerado muy importante para más del 90% de los jóvenes españoles de 15 a 24 años. Sin embargo los valores que más incrementaron su importancia en estos años fueron los más ideológicos y los referidos a la sociedad en su conjunto. Han perdido importancia las prioridades que el tópico ha venido atribuyendo a los jóvenes.

Es muy significativo que, de toda la batería propuesta, sólo el interés por la política y la religión no alcanzan el nivel medio de importancia en la escala (4.93 y 4.20, cuando la media de la escala es 5.5). Pese a todo, son propuestas claramente más valorados que hace ocho años: el interés por la política se incrementa en 0.56 puntos, y el interés por la religión lo hace 0.50 puntos. En el señalamiento de la importancia de la política y en la preocupación por los temas religiosos encontramos la mayor polarización de los jóvenes españoles:

Los valores morales están implícitos en la admisibilidad de comportamientos. En este ámbito, según los datos del estudio, los jóvenes españoles mantienen en esencia sus posturas ya conocidas: una mayor tolerancia hacia comportamientos que se ven como pertenecientes al ámbito privado (derecho de los homosexuales a adoptar hijos, aborto, eutanasia, “pirateo” de discos) y mucho menor frente a los que se refieren al ámbito público (romper señales de tráfico, conducir bajo los efectos del alcohol, etcétera).

Cambios más relevantes en el ámbito moral

- Ha seguido aumentando la aceptación del aborto (66.4% lo encuentra muy o totalmente admisible) y de la adopción por homosexuales (66.1% la aceptan mucho o plenamente).

- Aunque en notable menor proporción, también mejora la aceptación de conductas de enfrentamiento con la policía y de tratamiento no equitativo en los derechos laborales de los inmigrantes. Pese a este crecimiento (probablemente correlacionado con la crisis socioeconómica), siguen siendo comportamientos plenamente rechazados por una gran mayoría de jóvenes (de alrededor del 85%)

- A pesar de que sigue suscitando una intensa polarización (38% muy a favor y 43% muy en contra), el ítem que más incrementó su admisibilidad, en la estela de una evolución que viene desde hace años, es la aplicación de la pena de muerte por delitos graves. Sería la punta de lanza de un movimiento social que parece reivindicar las posturas más sancionadoras y que muestran mayor intolerancia frente a cualquier comportamiento que agrede el orden público y la seguridad colectiva (vandalismo, robos, trampas…).

- En la línea anterior, se endurece la calificación moral de las conductas que potencialmente agreden al colectivo (robar, alborotar, engañar, conducir peligrosamente, cometer actos vandálicos…). Esta menor aceptación incluye hasta conductas muy enraizadas y que siguen siendo bastante admitidas (por ejemplo, el “pirateo”, que es peor visto aunque sigue siendo admitido por la mayoría, 51%).

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