Los piquetes fueron recorriendo cada uno de los negocios para informar sobre los motivos de la huelga general, repartiendo octavillas entre los pocos trabajadores que ya se encontraban a esa hora en las instalaciones, una quincena de personas. Pero sin aglomeración de personas a las puertas para impedir la entrada de camiones, por lo que la ausencia de incidentes y la normalidad fue la tónica general. Posteriormente, los piquetes se dirigieron a las instalaciones de Zaldesa, donde también continuaron informando sobre la huelga general, para disolverse sobre las cinco y media de la mañana en dirección hacia otras zonas industriales del alfoz de la capital.