Ya el pasado mes de diciembre, el alcalde de Salamanca, Alfonso Fernández Mañueco, presentó en el Ayuntamiento un nuevo Plan Municipal de Actuación que tendría el objeto de intensificar la lucha y la limpieza contra las pintadas vandálicas y los graffitis no autorizados. La pretensión, mejorar la imagen de la ciudad, atender la demanda de los ciudadanos y proteger el patrimonio. Plan, el mencionado, que vendría acompañado de la modificación de la ordenanza municipal de Limpieza Urbana y Gestión de Residuos.
 
Así las cosas, la Comisión de Medio Ambiente del Ayuntamiento dio el visto bueno a principios de año para endurecer las sanciones por pintadas vandálicas para disuadir y penalizar más este tipo de comportamiento. Con ello, quienes tomen la decisión de pintar las paredes, el mobiliario de la ciudad o incluso un edificio histórico, deberán hacer frente a una multa que podría alcanzar los 3.000 euros como sanción más grave.
 
El Ayuntamiento de Salamanca gasta anualmente al menos 93.000 euros al año para eliminar pintadas no autorizadas. Los operarios municipales, por su parte, vienen desempeñando un trabajo de limpieza en este sentido que alcanza las 130 actuaciones, que les han llevado al Puente Romano o la Plaza de San Román como zonas más afectadas por los vándalos que a golpe de spray pretenden tapar la belleza en sí misma de la ciudad de Salamanca.

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