A mediados del pasado mes de noviembre, el Ayuntamiento de Salamanca creó un grupo de trabajo, dentro de la Comisión Municipal de Policía, Tráfico y Transporte, para estudiar medidas que intensificaran la presencia de la Policía Local en los barrios de la ciudad. El objetivo era que los agentes se conviertan en la puerta de entrada al Consistorio y su permanente presencia en las calles colabore en la prevención de actos vandálicos y en la mejora de la movilidad y la seguridad. Ahora esta propuesta se concretará en la recuperación de la Policía Local de barrio, con unos cuarenta agentes. 

En respuesta a la demanda de los ciudadanos, el alcalde pidió a los agentes que se bajen de los coches y hagan caminando sus rondas de vigilancia para intensificar la comunicación con los vecinos. Sin embargo, la medida ha generado malestar en la plantilla al considerarse que se merma la presencia policial en otros cometidos y durante los fines de semana. Así se puso de manifiesto durante una asamblea esta semana para hacer constar al jefe de la Policía Local los problemas que la nueva Policía Local de barrio puede generar si no se lleva a cabo con un mejor reparto de los recursos.

 

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