La encuesta refleja que la gran mayoría de las sanciones vienen por aparcamientos indebidos, aunque hay un dato muy preocupante en el que las sanciones están más que justificadas, pues un 47% de los conductores consultados aseguraron sin reparos que conducen pese a haber bebido alcohol, lo cual puede constitur incluso un delito penal. Esa multitud de sanciones que se imponen suponen para las arcas públicas 658 millones de euros al año, lo que ofrece una media de 129 euros/año a desembolsar por cada conductor.
El 90% de los conductores sondeados admitió que supera el límite de velocidad al adelantar, mientras que el 82% indicó que lo supera en autopista si hay poco tráfico. También el 82% señaló que aparaca en doble fila si tiene que hacer un recado, y un 45% dijo que aparca mal por falta de sitio. Al preocupante dato del consumo de alcohol al volante se debe añadir otra pauta que resta concentración al volante: hablar por el móvil. El 36% admitió que conduce y habla por teléfono sin utilizar manos libres. Peor aún resulta que en pleno 2014 aún haya un 17% de conductores que reconoce que nunca se pone el cinturón de seguridad.
Y añade: "Tampoco nos parece bien el pronto pago, que reduce a la mitad las sanciones, ya que es una astuta manera de que no se recurran las multas, pues si se hace y el recurso no sale adelante, se debe pagar la cantidad total sin reducción". Sólo un 14% de los encuestados por OCU se aventuró a recurrir sus sanciones.
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