Uno de cada tres menores de 34 años se encuentra en paro en Castilla y León, es decir, 106.700 personas por debajo de esas edad, lo que equivale a casi la mitad (47,2 por ciento) del total de desempleados de la Comunidad, que en estos momentos asciende a 225.900, según el Informe Regional AGETT del mercado laboral, elaborado en función de los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre.
 
De este modo, la tasa de paro en la región para este colectivo asciende al 29,2 por ciento, un porcentaje que supone tres veces más que la que presentaba al inicio de la crisis, en el tercer trimestre de 2007, cuando se situaba en el 10,1 por ciento. Según este análisis, Castilla y León destruye empleo de personas menores de 34 años a un ritmo del 10,8 por ciento interanual, por encima de la media nacional del 10 por ciento, y sitúa el agregado total de ocupados para este grupo de edad en los 258.200.
 
El peso de los ocupados castellanos y leoneses menores de 34 años sobre el total de es del 27,3 por ciento en el primer trimestre, mientras que al inicio de la crisis representaban el 37,2 por ciento. En la región, el 9,9 por ciento de los hogares con al menos un activo tiene a todos sus miembros en paro, muy por debajo de la media nacional (13,3 por ciento), mientras que el 45 por ciento de los parados de Castilla y León lleva más de un año buscando, sin éxito, un empleo, situándose como la quinta comunidad con un menor peso de éstos sobre el total de desempleados (50,05 por ciento para el conjunto nacional).
 
Por último, la región destruyó tanto empleo público asalariado (-4,2 por ciento, con 8.500 menos), como privado (-3,3 por ciento; 18.600 menos), de forma interanual. El terrible impacto negativo que la crisis provoca en el mercado laboral ha afectado de una forma “especialmente dura a aquellos colectivos que ya de por sí cuentan con dificultades añadidas a la hora de encontrar un empleo, como pueden ser los jóvenes menores de 25 años, los mayores de 45 o los parados de larga duración”, según el informe.
 
Sin embargo, la virulencia de esta crisis laboral también se ceba con aquellos colectivos que, históricamente, estaban mejor posicionados para sortear sus efectos negativos. El grupo de edad mayor de 34 años actualmente supone el 29,9 por ciento de la población ocupada, mientras que al inicio de la crisis su peso era 10 puntos porcentuales superior (39,8 por ciento), con el riesgo de que el colectivo más joven se aleje del mercado laboral, “perdiendo así empleabilidad y con la consecuente pérdida de aportación a las arcas públicas a través de sus cotizaciones”. 

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