La zona, aún sin asfaltar, supone un cambio de nivel importante para los conductores, incluso se han visto camiones o autobuses que han tocado con su parachoques en la zona. El motivo es que no se ha asfaltado todavía la zona, que tal y como está además es una piscina cuando llueve. Los días pasan y los vecinos no acaban de comprender el porqué de no asfaltar y devolver la vía a su estado habitual. El parche de gravilla en medio de una carretera muy transitada no deja de ser algo poco común.
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