Salamanca nació en el Cerro de San Vicente, allí fue donde los primeros pobladores de la ciudad decidieron establecer su asentamiento en el año 1800 a.C. La razón principal por la que seguramente eligieron esta zona fue por sus defensas naturales, ya que el lugar tiene una elevación de ochocientos metros desde donde se controlan los alrededores. Además, el teso está situado tras el río Tormes, lo que también les servía para defenderse.

Estos primeros pobladores estuvieron allí hasta el IV a.C., cuando sus necesidades de espacio les llevó a poblar el Cerro de las Catedrales, y más tarde el de San Cristóbal. Pasado el tiempo y una vez que la ciudad ya ha crecido, en el cerro se construye el Monasterio benedictino de San Vicente. Sobre la fecha de su construcción  hay variedad de opiniones entre los expertos, algunos creen que su fundación es anterior a la invasión árabe de la ciudad, pero otros consideran que se construyó en 1143, lo que sí se sabe es que en la época de la Repoblación, Alfonso VII ordena reconstruirlo.

Los priores de este monasterio pertenecían a la Orden de Cluny, y los monjes de esta orden gozaron de unas prerrogativas en España durante el siglo XII. Una de ellas era que el prior del monasterio era miembro del Concejo de la ciudad, y cuando el abad de este monasterio acudía a sus reuniones lo hacía armado y a caballo, y de ahí procede el nombre de la calle Prior, ya que, era una de las calles por la que solía pasar.

Época de cambios

Sin embargo, se comienza a comentar que los monjes benedictinos administraban mal el monasterio, por lo que los Reyes Católicos deciden desvincular a esta orden del monasterio. Y pasan a encargarse de él los monjes de la Orden de San Benito el Real de Valladolid, y bajo su mandato se realizaron importantes obras en 1648. Pero durante la Guerra de la Independencia, en 1812, los franceses decidieron establecer allí uno de sus cuarteles, con los destrozos que ello supuso para el monasterio. Más tarde, con la Desamortización de Mendizábal las ruinas pasaron a manos privadas, pero  no se hizo nada por recuperarlas.

En 1989, miembros del Taller Escuela de Arqueología comenzaron a realizar excavaciones en la zona y durante esos tres años encontraron restos de las viviendas circulares de adobe, cabañas pertenecientes a las II Edad de Hierro, restos de una antigua basílica y las antiguas bodegas del monasterio de San Vicente. A pesar de que es necesario continuar con las excavaciones, con el cambio de Gobierno en 1996 se cierra el Taller Escuela de Arqueología.

Pero tras las presiones de algunos salmantinos, entre ellos la Asociación de Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio, en el año 2000 se reanudan las excavaciones y se construye una edificación con la intención de establecer allí un museo y un centro de interpretación del Cerro de San Vicente aprovechando parte de los sótanos del antiguo monasterio.

Pero a día de hoy, la edificación está cerrada y sin ningún uso, a pesar del dinero de los contribuyentes que se ha invertido en ella. Mientras, los restos visibles del monasterio y de las viviendas de los primero pobladores están rodeadas de maleza y de basura, pero las ruinas no visibles están bien conservadas bajo tierra, a la espera de que se excave en ellas para descubrir parte de la historia de Salamanca.

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