El Colegio de Arquitectos realiza una llamada de atención sobre la conservación del patrimonio del siglo XX

 El Colegio de Arquitectos realiza una llamada de atención sobre la conservación del patrimonio del siglo XX
El Colegio de Arquitectos realiza una llamada de atención sobre la conservación del patrimonio del siglo XX

El Colegio de Arquitectos de Salamanca celebra este lunes el Día Mundial de la Arquitectura. Lo hará con la colocación de una placa en un edificio de la ciudad, recogido en el registro del DOCOMOMO (Documentación y conservación de la Arquitectura y el Urbanismo del Movimiento Moderno), este año en la calle Brocense 22-24, obra de Genaro de No entre los años 1933 y 1935.

El acto tuvo lugar con la asistencia de José María García de Acilu Gutiérrez, decano del Colegio Oficial de Arquitectos y patrono de Funcoal, y en su nombre Ángel Herrero Pérez, presidente de la Delegación de Salamanca del Colegio de Arquitectos.  

La colocación de placas informativas constituye una llamada de atención sobre el patrimonio del siglo XX, un patrimonio cuya fragilidad requiere especial atención. "Efectivamente, los nuevos edificios modernos que se empezaron a construir a partir de 1925 en España y Portugal no solo experimentaron nuevos programas y formas, sino que lo hicieron con nuevos materiales y tecnologías, poco ensayados hasta entonces", explica el Colegio de Arquitectos.

Añade que "su puesta al día y su adecuación a las normativas actuales han resultado, en ocasiones, en una merma de los valores patrimoniales de estos edificios. Por otra parte, por tratarse de un patrimonio extenso y muy reciente, es poco valorado por la sociedad y las administraciones responsables de su protección".

Declaración del Día Mundial de la Arquitectura 2016: Diseñar un futuro mejor

La Unión Internacional de Arquitectos (UIA) convoca el Día Mundial de la Arquitectura 2016, que se celebrará el lunes 3 de octubre bajo el lema 'Diseñar un mundo mejor' con el objetivo de promover una visión de la arquitectura orientada prioritariamente hacia el bienestar de las personas, individual y colectivamente.  

Considerada en un nivel global, la trascendencia de la arquitectura es variable. En situaciones de emergencia o de pobreza extrema la disponibilidad de un cobijo es condición indispensable para la supervivencia. En los sociedades acomodadas, un hábitat bien concebido contribuye a facilitar la vida, hacerla más amable y gratificante.  

Es cierto que en la configuración del hábitat inciden factores y agentes mucho más poderosos que los arquitectos. Aún así, y aunque el papel de los arquitectos tenga un protagonismo limitado, entraña una responsabilidad enorme. Con nuestro diseño podemos contribuir a que la vida cotidiana de las personas sea más rica porque el entorno que habita se adapte a sus necesidades, o puede procurar alivio en circunstancias extremas.  

La arquitectura condiciona el futuro de la sociedad. El proceso generalizado de concentración en grandes urbes y el consiguiente despoblamiento del mundo rural es un proceso vertiginoso que puede resultar catastrófico si se materializa ajeno a sus efectos ecológicos.  

En la medidas de nuestras posibilidades, los arquitectos asumimos el compromiso de fomentar aquellas prácticas profesionales que redunden en la configuración de un hábitat afable hacia las personas y el planeta a la vez que condenamos aquellas operaciones  que se valen de la arquitectura como una herramienta para la aplicación de estrategias de arrinconamiento o expulsión de poblaciones por motivos de discriminación étnica, religiosa o social. 

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