Seguro que recuerdas el olor a coche nuevo, incluso hay fabricantes que investigan para que este aroma perdure en el vehículo. Pero, con los años, los niños, las mascotas… el perfume del coche cambia. Si quieres venderlo (o si vas a comprar uno), será casi imprescindible que emita una fragancia agradable, neutra.

Aunque parezca que no huele a nada, haz una revisión y limpieza del coche. Habituado a su olor, a ti te parecerá imperceptible, pero una persona con una nariz “no acostumbrada” puede captarlo. Lavar con la clásica “vaporeta” las tapicerías y alfombrillas será suficiente en la mayoría de los casos.

No dejes las ventanillas subidas mientras el interior del vehículo se seca al sol: aparecerá un inconfundible aroma a humedad.

Los ambientadores suelen ser una mala señal: no camuflan el problema del olor (normalmente lo empeoran). Si estás interesado en un coche y ves muchos ambientadores en el habitáculo, busca otro.

Pasa el aspirador insistiendo en las juntas de respaldos y asientos y bajo la cubierta del maletero.

En cualquier droguería o gran almacén puedes encontrar rodillos cubiertos con una especie de papel pegajoso: utilízalo para quitar pelos de la tapicería.

Si eres muy puntilloso con los olores, busca un vehículo con tapicería de cuero; suele ser más limpia y fácil de cuidar: puedes dejarla impecable con los productos específicos que existen en el mercado, aunque aplicarlos lleva tiempo.

Los coches de fumadores son un problema, ya que el olor es muy característico. Aquí tendrás que limpiar incluso el techo… y sin utilizar vapor, ya que el revestimiento podría desprenderse. Si no se va con una esponja, agua y jabón, plantéate sustituir la pieza.

Siempre se puede pactar con el vendedor que sea él quien asuma el acondicionamiento y limpieza del vehículo en un centro especializado: el importe variará entre 80 y 250 euros, según el estado del coche.

Cuidado con…

Mascotas. Los dueños de animales de compañía ya están familiarizados con su olor, pero los compradores sí lo advertirán. De nuevo, la “vaporeta” o una esponja con agua y detergente son la solución.

Bebés. Vómitos y demás son un problema que hay que limpiar de inmediato si no queremos que el olor -y la mancha-permanezca en el vehículo para siempre.

Comida y bebida. Además de jugarte una multa (cualquier actividad que se considere una distracción al volante es sancionable), es poco recomendable: los líquidos azucarados causan estragos en plásticos y tapicerías, al igual que la comida caliente… Por no hablar de los restos, que siempre caen en los huecos más inaccesibles. 
 

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