La empresa de recursos humanos Randstad ha realizado un análisis de los contratos de formación en España en función del nivel educativo alcanzado por los profesionales, su sexo y su región. Este modelo contractual está dirigido a aumentar la empleabilidad de los menores de treinta años, un colectivo que ha experimentado un aumento de sus tasas de desempleo del 22% al 39% entre 2008 y 2014, según las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE). En el caso de la provincia de Salamanca, ha pasado de 1.195 a 1.400 durante estos años de crisis.

El contrato de formación tiene por objetivo la cualificación profesional de los trabajadores alternando la actividad laboral con la formación para el empleo. La duración de este modelo tiene un mínimo de seis meses y un máximo de dos años, salvo determinados convenios que permiten que alcance los 36 meses. El estudio elaborado por Randstad detecta que los contratos de formación han experimentado una variación positiva durante los últimos tres años de manera consecutiva, y se sitúa con la cifra más elevada desde el año 2000. 

Cuando se estudian los contratos de formación en función del nivel educativo de los profesionales, el estudio pone de manifiesto que existe una relación directa entre estudios y acceso al mercado laboral. De esta manera, el 68% de los contratos de formación firmados en 2014 corresponden a trabajadores con estudios de secundaria o estudios superiores (ciclo formativo de grado superior o título universitario). 

Precisamente los profesionales con estudios superiores son los que han registrado un mayor aumento en este modelo de contratación. Estos contratos favorecen la empleabilidad de los profesionales jóvenes y son más habituales entre los menores de 25 años, que representan más del 57% del total de las incorporaciones. 

Más contratos de formación a mujeres que a hombres 

El último de los aspectos que analiza Randstad en su estudio es la evolución de las contrataciones en relación al sexo de los trabajadores. Este modelo es más habitual en mujeres que en hombres, si bien las diferencias, en este sentido, no son significativas, pues se trata casi de un 50-50% Sin embargo, cabe destacar que este ratio ha variado desde 2008, cuando seis de cada diez contratos de formación los firmaban varones.

Esta modificación refleja que la evolución ha sido diferente entre hombres y mujeres y ha supuesto un cambio en los profesionales que acceden al mercado laboral por medio del contrato de formación. Entre las mujeres, este modelo de contratación ha aumentado un 115% desde 2008, mientras que entre los hombres el incremento ha alcanzado el 50%.

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