El tejido productivo de la provincia de Salamanca está recuperando el dinamismo perdido desde el estallido de la crisis económica. Desde el año 2008 se ha sucedido el cierre de empresas de todo tipo de sectores, sobre todo la construcción y el comercio, además de la presentación de concursos de acreedores por no poder hacer frente a las desorbitadas deudas. Una pérdida de músculo que tuvo su reflejo en el mercado laboral, con miles de despidos. Las tornas están cambiando.
Según datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE), el primer semestre de este año ha sido el mejor para la creación de empresas en la provincia de Salamanca desde el inicio de la crisis. En total se generaron 211 sociedades mercantiles, once menos que el año anterior y por debajo de otros años precedentes, pero movieron la mayor cantidad de dinero, generando además más puestos de trabajo.
Entre enero y junio las empresas creadas en la provincia charra desembolsaron 18,7 millones de euros, el triple que los dos años anteriores y superando con creces la cota alcanzada en 2013, cuando se habían acumulado dos ejercicios al alza y roto una profunda línea descendente. Ahora la tendencia vuelve a ser al alza, cambiando la estructura productiva de las grandes sociedades anónimas por sociedades limitadas que diversifican más su mercado.
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