De los trece indicadores seleccionados para objetivar la reducción de la siniestralidad vial recogidos en el Plan Estratégico de Seguridad Vial 2001-2020, dos de ellos han sido alcanzados ya en 2012, ocho años antes a la fecha prevista. Concretamente, son los referidos a la reducción de un 25% de conductores de 18 a 24 años fallecidos y heridos graves en fin de semana y un 20% menos de fallecidos y heridos graves usuarios de motocicleta.
Todavía no se ha alcanzado, aunque se está muy cerca de conseguir, la reducción del 30% de los fallecidos por salida de vía en carretera convencional y el indicador de la tasa de fallecidos por millón de habitantes. En la misma línea progresiva se sitúan los otros seis indicadores: reducción de un 35% del número de heridos graves, reducción de un 30% de fallecidos por atropello, cero fallecidos en turismo en zona urbana, 30% menos de fallecidos in itinere y la reducción en un 50% el porcentaje de vehículos ligeros que superan el límite de velocidad en más de 20 km/h.
Por contra, hay tres indicadores para los cuales las cifras de 2012 muestran un retroceso. Uno es el referido a cero fallecidos sin sistema de retención infantil (en 2012, 15 menores fallecidos iban sin ningún sistema de retención), otro es el del 10% menos de conductores fallecidos mayores de 64 años y el último el de conseguir un millón más de ciclistas sin que aumente su tasa de mortalidad.