La diabetes es una enfermedad con la que conviven muchas personas en nuestro tiempo. Es de esas silenciosas que no hacen ruido ni se dejan ver en el exterior, pero que obligan a los que la padecen a llevar un control exhaustivo en su vida diaria. SALAMANCA24HORAS ha charlado con Ramiro Sánchez y Elena Sánchez, padre e hija, dos casos distintos pero con un denominador común: la lucha contra la diabetes.

Ramiro es un hombre de 59 años al que le detectaron la enfermedad cuando tenía 23: ?Fue en 1978, al venir de la mili empecé a adelgazar mucho, tenía mucha hambre e iba mucho al baño. Fue un bajón muy grande porque me tuve que quedar cortado y la dieta era muy severa?, afirma. Por aquella época España aún estaba muy atrasada en cuanto a métodos para lidiar con la enfermedad, sin ir más lejos tenía que utilizar una aguja de cristal que cocía cada vez que debía inyectarse insulina, un pinchazo que además era bastante doloroso. ?Con el tiempo ha ido variando, al poco de empezar aparecieron las desechables y ya podías salir más de casa, empieza otra historia?, explica.

Con el paso del tiempo ha aprendido a convivir con ella y ya no le resulta una compañera de viaje pesada. También asegura que las personas con diabetes son las que mejor conocen su cuerpo debido a las habituales glucemias que se realizan diariamente. Las inyecciones de insulina que Ramiro se tiene que poner a lo largo del día son uno de los sistemas que se usan habitualmente, pero no el único. 

Otro de los ejemplos es el de Elena Sánchez, su hija, que utiliza una bomba de infusión continua de insulina (BICI). Esta bomba introduce en su cuerpo cada cierto tiempo una dosis de insulina y posteriormente, antes de comer, le pide la cantidad que necesita en ese momento. ?Es un sistema más cómodo?, asegura esta adolescente de 16 años que vio cómo a los seis se le diagnosticaba la diabetes. A pesar de la temprana edad a la que se le detectó, desde el primer momento supo cómo controlar su cuerpo gracias al conocimiento de la enfermedad que existía en casa. No fue fácil hacer frente a los placeres dulces que te rodean cuando eres un niño, pero con firmeza y convencimiento ha sabido crecer saludablemente.

Pero también, otro método de controlar la diabetes, es la ingesta de pastillas. Es el caso que atañe a otro salmantino que tiene que convivir día a día con la enfermedad. Ismael Garrido, un hombre de avanzada edad que le diagnosticaron la enfermedad en un control rutinario de salud en la empresa, toma cada mañana Metformina. Se trata de un fármaco encargado de reducir los niveles elevados de glucosa en sangre. A diferencia de otros muchos antidiabéticos, la Metformina no produce hipoglucemias. ?Me dijeron que tenía diabetes hace ya más de veinte años?, recuerda Ismael, a la vez que indica que nada más tener conocimiento de ello comenzó a cuidarse mucho en sus hábitos. ?Cuido mucho la alimentación y salgo mucho a pasear. El ejercicio es muy importante y no paro?. Ismael reconoce que no sabía nada hasta entonces de la enfermedad y da gracias a que pueda hacer una vida normal. ?La diabetes es una enfermedad silenciosa y no te avisa. Aparentemente estás como otras personas pero la cosa va por dentro?, afirma.

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