Este lunes, 21 de enero, será el día en que se pongan en práctica los cambios anunciados en el examen del carné de conducir. Los alumnos se encontrarán con novedades respecto a lo habitual hasta el momento. La revisión de elementos mecánicos y de seguridad del propio vehículo, la conducción autónoma y la evaluación de los resultados por parte del examinador son los cambios más llamativos en la parte práctica. En relación a la parte teórica, aumenta el número de preguntas y se dotarán a los diferentes centros de la Dirección General de Tráfico de ordenadores para la realización del examen.

Manuel Cascón, presidente de la Asociación de Autoescuelas, ha explicado a SALAMANCA24HORAS en qué consisten estos cambios o novedades. En lo que respecta a la parte teórica, aumentará el número de preguntas de 800 a unas 15.000. Pero está previsto que en unos años pasen a ser algo más de 20.000. Por otra parte, los centros de la DGT estarán equipados de ordenadores para la realización del examen. Según la valoración de Cascón “el alumno que se dedique solo a hacer test o a memorizar las preguntas tiene difícil aprobarlo. Aunque se examine más veces es complicado que le vuelvan a caer preguntas repetidas. La solución es mirar todos los contenidos en profundidad y acudir a las clases que se imparten en las autoescuelas”.

La parte práctica consistirá en una toma de contacto los primeros cinco minutos en los que el profesor presentará a examinador y examinando. Se le darán al alumno las instrucciones oportunas de cómo va a transcurrir el examen y se le indicarán ciertas instrucciones en cuanto a su conducción en ese momento, como por ejemplo, su adecuación a la velocidad genérica de la vía o que si no se le ordena lo contrario siga de frente. En ese tiempo, el examinador podrá preguntarle por diferentes elementos mecánicos del vehículo o de seguridad como la medición de la presión de neumáticos, desconexión del airbag, conocimiento de llenado de agua de limpiaparabrisas, leer diferentes informaciones, medición del aceite, líquido de frenos, etcétera. “Esto va a provocar que el futuro conductor se interese más por estas cuestiones y así se eviten posibles averías y accidentes”, señaló Manuel Cascón.

Una vez el alumno ha empezado a conducir durante 25 minutos, los primeros diez, consistirán en la llamada conducción autónoma en la que el examinador le podrá indicar que se dirija a un determinado punto. Si el alumno no sabe, podrá conducir por donde quiera guiándose por las señales únicamente o, si el vehículo está equipado de esto, la posibilidad de introducir la dirección pedida en el GPS y seguir sus indicaciones. A partir de esos diez minutos de conducción autónoma, las ordenes las dará el examinador al estilo tradicional. Si el alumno las desobedeciera por tercera vez, la prueba quedaría suspensa. Al finalizar el examen, al alumno se le ofrecerá una valoración y se le hará saber, en cualquier caso, las faltas que ha cometido para corregirlas en un futuro.

“Los cambios en el examen de conducir sacarán mejores conductores”, según comentó a este medio Manuel Cascón. También dejó a entender que existe cierta reticencia, como siempre que hay novedades, ante este hecho “pero que no es tan fiero el león como lo pintan”. Así las cosas, parece que habrá que hacer un mayor esfuerzo, por decirlo de alguna manera, para aprobar pero no debe suponer excesivas complicaciones.

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