El Gobierno ha limitado a 105.000 euros anuales el sueldo máximo que pueden percibir los altos directivos de empresas públicas. A esta cifra, no obstante, se deberá sumar un complemento de puesto y la retribución varible. En concreto, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría ha puntualizado que las remuneraciones se limitarán en función del tamaño de las empresas: en las grandes, la retribución máxima será de 105.000 euros anuales; en las medianas será de 80.000 euros anuales; en las de tamaño reducido será de 55.000 euros.

Como ejemplo del cambio que suponen estas limitaciones, la vicepresidenta ha señalado que en la cúpula de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) la retribución fija es de 200.600 euros. También se aplican estas limitaciones a la retribución en especie, pero no al complemento por puesto ni al variable que seguirán percibiendo los directivos de empresas públicas. Con esta medida, la vicepresidenta asegura que se acaba con la práctica de establecer retribuciones en especie mayores que las dinerarias, ya que bajo este paraguas se incluyen conceptos como los seguros de vida, la manutención, la casa, etcétera.

 
De media, el Gobierno estima que con esta medida se conseguirá reducir entre un 25% y un 30%, de media, la remuneración de las cúpulas del sector público. Aunque, en el caso de las pequeñas empresas, el ajuste podría llegar al 35%. Además, Sáenz de Santamaría ha insinuado que los mecanismos de ayudas a las comunidades autónomas estarán condicionados a que los Gobiernos regionales acepten recortar de manera similar los sueldos de sus empresas públicas.
 

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