En la década de los noventa empezó a fraguarse uno de los sueños de la Unión Europea: que los jóvenes pudieran estudiar la carrera en varios países miembros, aprendiendo diferentes idiomas y relacionándose con personas de distintas culturas. Esta pretensión se ha materializado en lo que hoy se conoce como Espacio Europeo de Educación Superior. El nuevo sistema educativo integrado en Europa, bautizado como el Plan Bolonia y siempre polémico en nuestro país, convence ahora a Latinoamérica. 
 
Mientras que en Europa los estudiantes están conmocionados por el anuncio de los recortes de la beca Erasmus, y en España se manifiestan en contra de la reducción de estas becas en casi un 60% el próximo año, desde Brasil se ha iniciado la creación de un espacio iberoamericano de educación superior con un programa de movilidad similar al Erasmus en el que nuestro país tiene mucho que decir. En su última visita a España el mes de septiembre, el ministro de Educación de Brasil, Aloizio Mercadante Oliva, defendió la creación este espacio de educación, en el que estarían integrados de Río Grande para abajo, España y Portugal, y destacó el interés por el modelo de becas europeo. 
 
Estas declaraciones han suscitado en algunos académicos una cierta inquietud: ¿es esto posible?, ¿por qué España tiene tanto que decir en todo esto? Según expertos en la materia, para crear este espacio de educación superior se necesitarían fundamentalmente dos cosas. El acuerdo entre todos los países miembros para la equiparación de títulos y el establecimiento de programas de movilidad de estudiantes y de profesores. 
 
Aunque hablar de este espacio de educación superior todavía es prematuro, Brasil ya tiene en marcha distintas iniciativas que dejan la puerta abierta. En 2012, el programa de movilidad Ciencia Sin Fronteras, impulsado por el gobierno brasileño, ha llegado a España. Su objetivo es fortalecer la movilidad a nivel académico entre profesores, investigadores y estudiantes de centros de enseñanza de excelencia materia de Ciencia, Tecnología e Innovación. 
 
En total está previsto financiar hasta 101.000 bolsas en cuatro años y unas 8.000 podrían dedicarse a España. De las más de 9.000 solicitudes recibidas este año, han viajado finalmente 1.600 estudiantes a nuestro país. Las próximas fases del programa contemplan el intercambio de estudiantes en nivel de postgrado, el desplazamiento de profesorado universitario en ambos sentidos y la contratación de investigadores internacionales en centros tecnológicos punteros de Brasil.

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