Este viernes, el Hospital Clínico Universitario ha acogido la conferencia ‘Diálogos MSF: Ébola’ impartida por el presidente de Médicos Sin Fronteras en España, José Antonio Bastos. Ante un salón de actos abarrotado, Bastos ha ofrecido un análisis de las implicaciones y consecuencias del brote, así como el trabajo que ha llevado su organización desde el inicio de esta enfermedad.
“Desde el primer brote de los 70, MSF ha estado siempre con uno o dos centenares de casos, en contacto con la OMS y la Cruz Roja. Una rutina estricta en el centro y en el seguimiento ha sido infalible hasta ahora, se contenían”, ha explicado.
Pero en este nuevo brote se han juntado tres factores que lo han hecho más peligroso. En primer lugar, ha caído en una zona diferente de África donde las autoridades no sabían nada del virus; por otro lado, circunstancias como el cambio climático y el movimiento poblacional que hacen más drástica la propagación; y, por último, y más importante desgraciadamente según el presidente, la eliminación por motivos presupuestarios de la unidad de detección de la OMS.
Entonces la epidemia comenzó a seguir sus patrones de transmisión habitual, contagiando primeramente a los familiares y al personal sanitario. “El ébola se ensaña con quienes cuidan de un enfermo”, ha asegurado. Pero llegó un punto en el que empezó a saltar a otras zonas geográficas diferentes y muy difíciles de controlar.
Tras varias advertencias de Médicos Sin Fronteras en ese sentido y unas proyecciones catastróficas, los altos dirigentes de los países empezaron a darse cuenta de la importancia del virus. “Es increíble la incapacidad del cerebro para quedarse con lo que es un crecimiento exponencial”, ha sentenciado. Por último, ha calificado la respuesta española como “muy tímida”.
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