Las intoxicaciones alimentarias son más frecuentes en verano y también suelen ser más graves (una de las principales complicaciones es la deshidratación). Los datos oficiales hablan de una mayor incidencia de las intoxicaciones por consumo de alimentos en el hogar que fuera de él. ¿Cómo llegan a producirse? ¿Por qué se “estropean” los alimentos más en verano? 
 
Según explica la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), durante las vacaciones se relajan las costumbres, nos saltamos horarios, comemos fuera, a veces descuidamos algunas medidas de higiene, prolongamos la sobremesa... Las altas temperaturas propias de la época favorecen el crecimiento de microorganismos en los alimentos.
 
Una batalla en dos frentes
 
La lucha debe ir en dos sentidos:
1. Evitar que las bacterias peligrosas lleguen  a nuestros alimentos. 
2. Evitar que esas bacterias se multipliquen. Una bacteria por sí sola no es peligrosa, pero muchas sí. La temperatura alta  y el tiempo juegan en tu contra, convirtiendo la comida o los restos de ella en el caldo de cultivo ideal para que proliferen los microorganismos.
 
Diez principios de seguridad
 
1. Extrema tu higiene personal. Lávate cuidadosamente las manos si vas al baño, si tocas animales, plantas o tierra etc. Y siempre antes de manipular alimentos.
2. Después de cocinar, refrigera la comida cuanto antes, no la dejes a temperatura ambiente, ya que es la más peligrosa.  
3. Si sales al campo o la playa, lleva la comida en recipientes muy limpios y herméticamente cerrados. Mantén fresca la nevera o cesta con la comida, con acumuladores o una bolsa de hielos, o refrigera con agua del mar o río.
4. Las sobras de comida, a la nevera… o a la basura. Si lleva tiempo fuera, se prolonga la sobremesa con los restos encima de la mesa, etc. No podrás volver a comerlos.
5. Deja los alimentos tapados y bien protegidos, con tapas, cubiertas de redecilla o un paño: así evitarás las visitas de los insectos, que pueden transmitir la intoxicación.
6. Evita la contaminación cruzada: tablas, platos o cubiertos que hayas usado en alimentos crudos, no los utilices otra vez con los cocinado sin haberlos lavado. Usa cubiertos limpios la servir las salsas o ensaladas o guisos.
7. Recalienta solo la porción que vaya a consumir
8. En la compra, deja para el final los alimentos que necesitan refrigeración  y date prisa para volver a meterlos en frío.
9. Ten especial cuidado con los productos con salsas, con mayonesas, con los asados y con las preparaciones que incluyen alimentos cocinados y crudos a la vez.
10. Si estás en un lugar donde el agua no te ofrezca garantías, tómala embotellada y sin hielo. Ten cuidado en ese caso también con las verduras frescas y los moluscos.
 
Y cinco consejos para poner remedio
 
Ante una intoxicación, la clave es la rehidratación. Toma suero comprado o un preparado alcalino casero (con un litro de agua, una cucharadita de sal, una cucharadita de bicarbonato sódico, dos cucharadas de azúcar y el zumo de un limón ).
Si el afectado es un niño, un anciano o una persona de riesgo y no mejora en 12 horas, hay que ir al médico. Los adultos sanos pueden esperar un poco más, al menos un día.
Si la fiebre es más alta de 38 °C debes ir al médico
Si la diarrea o los vómitos son sanguinolentos, también hay que ir al médico
Cuando cesen los vómitos, hay que ir empezando a comer algo: una dieta blanda y astringente, arroz cocido, patata o zanahoria cocida, caldos, sopas suaves... Solo cuando esto lo tolere bien hay que ir introduciendo alimentos más sólidos.

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