Veinte años tardó en instalarse El Corte Inglés en Salamanca. Las continuas trabas que el centro comercial encontraba para su llegada a la capital del Tormes quedaron solventadas con el nuevo siglo. Con una inversión de 115 millones de euros, se asentaría en el solar del viejo cuartel de caballería Julián Sánchez El Charro, modificando la fisonomía de la zona. Hasta se cambió el nombre de la calle, de Federico Anaya a María Auxiliadora, y se estableció el estacionamiento de pago en el barrio. Pero lo que entonces era visto como un maná para el empleo se ha convertido con el paso de los años en un quebradero de cabeza. Sobre todo tras la sentencia del Tribunal Supremo hace un año anulando el convenio por el cual se permitió construir El Corte Inglés, quedando en una situación de alegalidad.

El Tribunal Supremo calificó como nulo el convenio urbanístico que propició la construcción de El Corte Inglés sobre los terrenos del antiguo Cuartel de Caballería Julián Sánchez El Charro. Al no estimarse el recurso de casación presentado por el Ayuntamiento, se ratificaba así la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León que inicialmente consideró nulo el acuerdo entre el Ayuntamiento de Salamanca, el Ministerio de Defensa y el centro comercial.

Para solventar este problema, el pleno del Ayuntamiento de Salamanca aprobó a finales del pasado mes de diciembre, por unanimidad de PP y PSOE, dos modificaciones del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para regularizar el ámbito urbanístico en el que se encuentra el centro comercial El Corte Inglés.

El acuerdo de hace casi una década entre centro comercial, Ministerio de Defensa y Ayuntamiento previó la demolición de las edificaciones existentes en el antiguo Acuartelamiento Julián Sánchez El Charro, la construcción del centro comercial, la ejecución de la totalidad de las obras de urbanización del sector, de las que surgieron la nueva calle Víctimas del Terrorismo y la Plaza de la Concordia, la construcción del Centro Municipal Integrado Julián Sánchez El Charro, y la cesión al Ayuntamiento de Salamanca del solar de El Ispe donde actualmente se encuentra el campo de fútbol Nemesio Martín. A su vez, el Ministerio de Defensa cedió al Ayuntamiento de Salamanca los terrenos del antiguo Polvorín de Tejares, y obtuvo un solar para la edificación de viviendas. Tramitada la correspondiente modificación del PGOU, ésta fue anulada por los tribunales. 

Pero el asunto continuará en manos de la Justicia. La formación ecologista Equo asegura que recurrirá esta modificación aprobada por el Ayuntamiento para solventar el problema de licencias tras la sentencia en contra del Tribunal Supremo. Afirma que el documento técnico aprobado en el pleno de diciembre no aborda la situación jurídica del centro comercial, que se quedaría sin licencia de apertura. El partido verde reclama unas compensaciones urbanísticas para la ciudad que no se produjeron cuando se firmó el acuerdo que permitió la construcción de El Corte Inglés, por ejemplo "un espacio público similar al regalado o perdido en esta operación, un espacio público para asociaciones, la segregación de la plaza de entrada a la estación de trenes que Adif se apropió y huertos urbanos".

En lugar de dar empleo, lo ha hecho perder

El 11 de septiembre de 2009, a las 9:47 horas, se abría al público el centro comercial con una plantilla de 684 trabajadores. Aquella primera jornada, 36.716 personas pasaron por El Corte Inglés, superando las previsiones iniciales. Los tres primeros productos que se vendieron fueron un periódico, un bolso y un estuche de maquillaje. Cinco años y medio después, la plantilla es menor y las visitas diarias también.   

El sector del comercio vive horas bajas y mes a mes las ventas se desploman. Todos los formatos han perdido facturación, según los datos del Instituto Nacional de Estadística. Los mayores también sufren los efectos de la crisis, pues las grandes superficies se dejan cerca de un tercio de su negocio. Por ejemplo, los salmantinos gastan en ropa una media anual de 400 euros, lo que supone un descenso del 30 por ciento con relación al año 2007, cuando el gasto alcanzó los 580 euros, según el estudio 'El sector textil y el gasto en prendas de vestir? elaborado por EAE Business School.

Todo ello ha repercutido en ajustar la plantilla de El Corte Inglés para cuadrar las cuentas. También el deterioro de las condiciones laborales. Hace dos años la asociación nacional de grandes almacenes (Anged), que agrupa a firmas como El Corte Inglés y Carrefour, modificó el convenio colectivo. Desde entonces sus empleados tienen que trabajar más horas y hubo cambios en sus condiciones laborales respecto a domingos, festivos y vacaciones. A lo que se suman los puestos de trabajo perdidos por el cierre de comercios tradicionales que no han aguantado la competencia de El Corte Inglés.

 

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