La violencia de género es una lacra que tiene su origen en una desigualdad  labrada desde que somos niños y niñas. Nada llega por casualidad. Sin embargo, las mujeres deben saber que la justicia les ampara en estos casos. Al más mínimo detalle de violencia física o psicológica, dice la abogada de Adavas, Manuela Torres, se debe ya buscar información en la materia ya que el tema judicial siempre es complicado y más en estos ámbitos en los que siempre es difícil dar el primer paso. Así, la propia colegiada asegura que este debe ser siempre la búsqueda de asesoría, contar desde el inicio con un servicio de asistencia especializada. Una vez allí, en función del caso, se realizarán unas actuaciones u otras aunque el acudir a un centro médico para que un doctor examine las lesiones físicas o psicológicas es esencial para contar con pruebas que presentar para poder incriminar al presunto maltratador.

Tras ello habría que poner la denuncia propiamente dicha. Para esto solo hay tres cauces para hacerlo, a través de la Policía, la Guardia Civil o el juzgado de guardia, que se debe realizar asistido de abogado o abogada y de una persona de confianza. Además, si han existido agresiones físicas, la abogada insta a las víctimas a no colocar las cosas que hayan podido resultar dañadas y que no laven la ropa si existen sustancias en las mismas ya que pueden ser también pruebas para las diligencias judiciales y para que puedan ser amparadas por medidas cautelares u órdenes de protección. La asistencia psicológica también es importante así como lo que Manuela Torres llama el kit de emergencia, ir siempre con DNI, cartilla de la Seguridad Social de los miembros de la familia, el libro de familia y declaración de la renta o nómina que indique los ingresos. 

Una vez interpuesta la denuncia, además, se puede pedir la orden de protección, que suele hacerse cuando hay hijos a cargo, o medidas cautelares, que son en la gran mayoría de los casos el alejamiento y la incomunicación por cualquier tipo de vía, incluida a través de terceros. La orden de protección, sin embargo, tiene un vigor de treinta días a no ser que durante ese proceso se tramite el divorcio. El ámbito de la orden son las visitas, la custodia y el domicilio donde se reside para que la mujer no tenga que salir corriendo con los hijos e hijas. En estos treinta días se produciría una valoración de lo acontecido para saber si se deben tomar otro tipo de medidas. Según la abogada de Adavas, de aquí puede venir la falsa creencia de que las mujeres salen 'ganadoras' con la denuncia sobre la custodia.

El tema de la falsedad de las mismas también es una apreciación equivocada. En 2014, según la Fiscalía General del Estado, estas fueron de un 0,001 del total lo que, sin embargo, no indica que el presunto agresor tenga que salir acusado. El problema en estos casos, para Manuela Torres, además de la falta de información de las víctimas, es la falta de formación en la Administración de Justicia, que no exige especialización en la violencia de género. Existe incomprensión, además, en el llamado 'síndrome de la mujer maltratada' por el que muchas, después de interponer la denuncia, la retiran por la convicción de que ella no está siendo esa chica de la televisión que es maltratada. "Hay que entender determinadas cuestiones. Hace falta una balanza entre la presunción de inocencia y los derechos de las víctimas", reclama Manuela Torres. 

Las víctimas, además de los servicios que reciben de la justicia relatados, también dispondrán un agente de policía de apoyo, o de la Guardia Civil si es en la provincia. Ella podrá llamar a este en cualquier momento para recibir asistencia. Forma parte también de las medidas cautelares que implican el alejamiento. El quebrantamiento de las medidas podría acabar en prisión con el presunto maltratador. 

En casos más graves, se puede concretar una medida que implique el residir en diferentes municipios. La Red Asistencia de la Junta de Castilla y León, a la que Adavas está adscrita, permite también a la víctima acudir a un centro de emergencia hasta que se consigue una casa de acogida y un piso tutelado. Además, hay mecanismos para resocializar a la víctima, que se le dote de recursos. Sin embargo, para que esto ocurra también se necesitan en el Estado para hacer cumplir una Ley que, aunque buena, se antoja insuficiente. 

Adavas

La asociación trabaja las 24 horas al día en los ámbitos de las provincias de Salamanca, Ávila y Zamora. Sus prestaciones son gratuitas y multidisciplinares para abarcar el mayor ámbito posible. Por ello, cuentan  con abogada, socióloga, psicóloga, procuradora o terapeuta, entre otros. Cuentan con un servicio de asistencia urgente para casos de víctimas de violencia de género y agresiones sexuales a mujeres, sus familiares y a menores. 

También realizan un trabajo de prevención con talleres y charlas en colegios e institutos, principalmente, ya que hay que romper estereotipos en la materia. Desde la asociación también se publican proyectos como el que recientemente se ha realizado para los menores víctimas de violencia de género, el proyecto Daphne. 

Adavas colabora también con el servicio telefónico de información y de asesoramiento jurídico en materia de violencia de género, el 016, que muchas veces también contactan con ellos para que ofrezcan su labor a la víctima. 

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