La Operación Bocata tiene sus orígenes en Salamanca en 1984 y este año cumple 31 años. Se trata de una de las acciones de sensibilización más conocida dentro de la campaña contra el hambre de Manos Unidas y supone una de las principales fuentes de obtención de recursos para poner en marcha proyectos de desarrollo que cada año financia esta organización católica.

Este jueves Manos Unidas ha repartido una total de 16.500 bocadillos en la plaza de Anaya y el campus Miguel de Unamuno, el Colegio Trinitarios y las parroquias Nuestra Señora de Fátima y Milagro de San José. Además, en los colegios San Juan Bosco, Antonio Machado y Jesuitinas hubo actividades especiales entre alumnos y profesores. Y no solo en Salamanca, pues también esta iniciativa se está llevando a cabo en zonas rurales.

Este año, la recaudación obtenida irá destinada a poner en marcha un proyecto educativo en Benín (África). Allí se construirán dos módulos de aulas, una escuela de Primaria y un jardín de infancia con letrinas con el que Manos Unidas pretende luchar contra el hambre y la falta de infraestructuras educativas y sanitarias. 

Así, con ello se pretende luchar contra el hambre y la falta de infraestructuras educativas y sanitarias y contribuir a elevar la tasa de escolarización de la población que en la actualidad es tan solo un 40%. El coste del proyecto es de 65.865 euros. Solo el año pasado, gracias a la solidaridad de los salmantinos, la Operación Bocata logró recaudar un total de 63.408 euros.

 

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