El fenómeno es particularmente marcado entre el personal directivo, cuyo miedo les lleva a prestar una atención considerablemente menor a su carga de trabajo y al equilibrio entre vida profesional y personal. Ocho de cada diez españoles creen que sería difícil encontrar otro trabajo si fueran a perder el actual. Además, dos tercios de los trabajadores de España se declaran satisfechos con su situación actual, al mismo nivel que los británicos y los franceses.
También la confianza sobre el futuro y la motivación demostrada ha aumentado y es incluso mayor que en Italia y Francia. Actualmente, sólo el 5% de trabajadores ven el trabajo como una limitación, mientras que en el 2008 este porcentaje alcanzaba el 24%. Para la mayoría, un 40%, el trabajo supone una seguridad, y para un 26% un orgullo o un placer.