Los incidentes dentro de las prisiones han aumentado, motivado sobre todo por la falta de personal, ya que la evolución de la población reclusa ha ido bajando. En el centro de Topas hay que añadir además la problemática del perfil del interno, con un 70% de extranjeros, la mayor parte musulmanes, pero también mercenarios o militares de países del Este.

El número de agresiones a los empleados en todo el país en 2014 se sitúa entre los 300 y los 400, prácticamente uno cada día del año, según los datos de los sindicatos. La última cifra oficial facilitada fue la de 2013 con 329 agresiones. La evolución de la conflictividad ha ido en aumento, ya que en 2011 se registraron 268 agresiones, en 2012 fueron 310 y en 2013 un total de 329. 

Momento duro

A lo largo de estos veinte años de funcionamiento de la cárcel de Topas, ha habido momentos duros y complicados para los trabajadores. Uno de los más destacados, según UGT, se produjo en 2002, cuando varios internos de los considerados FIES ?reclusos de especial seguimiento, con un régimen de vida restringida- asestaron en el departamento de aislamiento 115 puñaladas al asesino de dieciséis ancianas en Santander ?conocido como ?el mataviejas?- ante la mirada de los trabajadores que nada pudieron hacer. Este episodio conmocionó tanto a funcionarios como a internos.

 

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