La música no entiende de edades ni de sacrificios. O mejor dicho, sí lo hace. Cuatro personas de diferente índole, aunque emparentadas por un sueño, permanecen ya acampadas en el Multiusos Sánchez Paraíso para poder disfrutar de un concierto que ilusiona por ser el último de una gira que han seguido de cerca. Hasta a ocho conciertos, con el de Salamanca, han podido acudir alguno de los que ya guardan cola desde el mediodía del jueves. Ochenta horas por un sueño, por la música, por Melendi.
Se trata de Mariana, Susana, Pedro y Conchi, todos llegados desde diferentes partes de Murcia aunque no más emparentados que por su amor a la música de Melendi. De hecho, entre todos se han ido conociendo a lo largo de los conciertos a los que han acudido a lo largo de la carrera del asturiano. A lo largo del día de hoy también llegarán otras personas a realizar una guardia en la que lo peor es el frío, como ya han podido atestiguar en la pasada noche los ya presentes.
Eso sí, el que algo quiere algo le cuesta y después de problemas para conseguir las entradas y de seguirle por toda la geografía española, el frío se queda en solo una anécdota aunque contaba Mariana que ha sido la única noche en una cola en la que le han entrado ganas de ir a dormir a ?casa?, si consideramos por casa el hogar familiar donde, posiblemente, haya pasado menos tiempo que en tiendas de campaña este verano.
Llega ahora el último concierto de una gira que ha cambiado de concierto a concierto según aseguran estos expertos. Serán, seguro, más de dos horas de música en la que la entrega de Melendi se espera como nunca. Las canciones, las de siempre, con la posible sorpresa de Posdata, que el artista solo canta en conciertos señalados.
Pero no todo es concierto, el amor por Melendi de estos cuatro fans les ha permitido visitar numerosas ciudades. En Salamanca, de hecho, nunca habían estado antes. 80 horas también dan para estudiar para los futuros exámenes y, sobre todo, para pasar un buen rato antes de la apoteosis del concierto que dará paso a una sensación de cansancio y tristeza. Quedarán 700 kilómetros por delante para regresar a sus lugares de origen y empezar a ahorrar para la próxima gira.
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