Isidro Manchado Vicente ha sido testigo en su propio cuerpo de uno de los avances más importantes de la cardiología de los últimos tiempos. Recientemente le fue implantado el primer marcapasos sin cables del mundo, un hecho que puede mejorar la vida de muchas personas de ahora en adelante al evitar algunas de las complicaciones derivadas del implante de los anteriores dispositivos. 

 

El paciente, que estuvo dos días hospitalizado, ha asegurado que no le ha quedado ninguna marca y que lleva una vida completamente normal, saliendo a pasear a diario y comiendo sin ningún tipo de problemas. “La vida a la vuelta normal ha ido muy bien, sin molestias”, ha afirmado. Este hombre de 79 años fue elegido por poseer las condiciones idóneas para este tipo de intervención al tener un ritmo cardiaco muy lento, muy similar al de los deportistas. Él mismo ha reconocido que la operación “impresiona al principio, pero luego no te enteras de nada”.

 

Uno de los médicos que participaron en la intervención, Javier Jiménez Candil, ha señalado que el objetivo es que el corazón del paciente tenga un ritmo constante y adecuado, aunque aún habrá que esperar entre 4 y 5 años para conocer los resultados de este nuevo marcapasos. “Es una experiencia ilusionante, pero escasa”, ha declarado, mientras explicaba que antes del verano habrá otra intervención de este tipo en el Hospital Clínico Universitario. 

 

Ventajas respecto al marcapasos tradicional

 

El marcapasos sin cables Nanostim se coloca directamente en el corazón, evitando así el bolsillo quirúrgico, la cicatriz y los electrodos o cables necesarios en los pacientes que llevan marcapasos convencionales. El implante se realiza a través de la vena femoral con ayuda de un catéter orientable. El dispositivo ofrece una estrategia quirúrgica menos invasiva que los procedimientos de implantación de marcapasos convencionales y reduce con ello algunas de los complicaciones derivadas durante el implante de los anteriores mecanismos.

 

 El marcapasos está diseñado para ser totalmente recuperable, de manera que pueda recolocarse fácilmente durante el procedimiento de implante y extraerse más tarde, si fuera necesario. Su tamaño, diez veces menor que el marcapasos tradicional, supone un gran avance en la calidad de vida del paciente al reducir los inconvenientes de los marcapasos tradicionales, como la posibilidad de que se produzca una infección relacionada con el bolsillo del dispositivo o el fallo del cable. Además, con este nuevo marcapasos desaparece la cicatriz y el bulto que pueden verse en el lugar del implante de un marcapasos convencional.

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