El Espacio Joven acogió en la noche de este miércoles una reunión entre medio centenar de comerciantes y vecinos de la avenida de Comuneros con concejales del Ayuntamiento para hablar sobre el proyecto del aparcamiento subterráneo. Los ediles de Fomento, Carlos García Carbayo; Comercio, Enrique Sánchez Guijo; y Tráfico, Ángel Lago, recibieron el recelo de los asistentes, a quienes intentaron resolver sus dudas.

Comerciantes y vecinos de Comuneros consideran que las obras, con un plazo de duración de un año, repercutirán en sus negocios, precisamente en un momento en que arrastran las consecuencias de la crisis económica. Algunos pusieron como ejemplo la avenida de Portugal, donde la construcción del aparcamiento subterráneo lastró el devenir de muchos negocios. Pero el concejal de Fomento recordó que las empresas que ejecuten trabajos en Salamanca tienen que cumplir unos requisitos para minimizar los perjuicios a los comercios afectados.

El anteproyecto y estudio de viabilidad del futuro aparcamiento subterráneo en la avenida de Comuneros, junto al parque de La Alamedilla, es una de las propuestas incluidas en el Plan de Movilidad. Iniciativa que contaría con un presupuesto de 5.993.981 euros que no supondrán coste alguno a las arcas municipales, pues serán financiados por la empresa adjudicataria de las obras y la explotación del aparcamiento.

Se trata de un aparcamiento en rotación con un mínimo de 283 plazas en dos plantas, con una entrada y salida en el cruce con el paseo de la Estación y otra junto al paso bajo el ferrocarril. Las obras se prolongarían durante doce meses, propiciando también una modernización de las redes de abastecimiento y conducción de energía. Además, se repondrían las zonas ajardinadas, se transplantarían 28 árboles y se plantarían otros 58 nuevos.

El proyecto ahora se expondrá durante un mes para que cualquier ciudadano o colectivo pueda realizar las correspondientes alegaciones. También continuarán las reuniones con los vecinos. El objetivo es recabar la opinión de quienes se vean afectados por las obras, aunque el Ayuntamiento ya ha previsto que mientras se construya el párking, de salir adelante el proyecto porque haya empresas interesadas, los trabajos mantengan el acceso al centro de salud de La Alamedilla y a la piscina climatizada.

Propuesta del colectivo Guardabarros

Para el colectivo ciudadano Guardabarros, la construcción de un aparcamiento subterráneo es una gran inversión cuya pertinencia en un momento de recortes en todos los ámbitos no estimamos prioritaria para la gestión de la movilidad en Salamanca. "La ampliación de plazas de aparcamiento en los centros urbanos genera incómodas obras para el comercio local que desde hace años ya sufre una disminución del consumo. Los polos de atracción que generan los aparcamientos subterráneos derivan en un aumento del  tráfico en calles y avenidas invadidas en la actualidad por el aparcamiento de superficie no necesariamente residencial", explica.

Según Jerónimo Jablonski, miembro de Guardabarros, la proliferación de plazas de aparcamiento contribuye además a extender hábitos muy extendidos en la actualidad que basan el uso del coche en la disponibilidad de plazas de aparcamiento, es decir, si hay sitio para aparcar cojo el coche, por muy corta que sea la distancia. "Una mayor cantidad de plazas de aparcamiento en el lugar equivocado equivale a un aumento de la demanda en el transporte tanto desde el exterior de la ciudad como dentro de la misma y ello tiene consecuencias nefastas para la gestión de la movilidad", añade. De hecho, Guardabarros ha utilizado estas mismas premisas para impulsar sin embargo el uso de la bicicleta.  Mientras se discute la pertinencia de estas costosas obras en Salamanca, sigue sin llevarse a cabo la ampliación de la red de aparcamientos de bicicleta anunciada por el consistorio hace más de seis meses gracias a un documento presentado por Guardabarros en la primavera de 2013.  

A ello se suma la conexión pendiente del anillo ciclista de Salamanca entre la estación de trenes y el Túnel de la Televisión, completando así un recorrido circular que, a pesar de no inyectar ciclistas en la ciudad, es efectivo para la promoción de la bicicleta y la sensibilización ciudadana.  Se trata de circunstancias que Guardabarros estima más urgentes en este momento por cuanto dan alternativas eficaces al transporte motorizado. Con ello se estaría promoviendo una movilidad verdaderamente sostenible, al ofrecer a la ciudadanía salmantina la posibilidad de desplazarse eficazmente en bicicleta, en igualdad de condiciones y derechos en comparación con otros medios de transporte, insiste Jerónimo Jablonski.

Guardabarros opta por generar plazas de aparcamiento no en el centro sino en el extrarradio y dar accesibilidad a las personas que entran y salen de la ciudad diariamente mediante una sólida de red de transporte público para completar el “último kilómetro” del viaje. A ello contribuiría sin duda alguna una mayor cohesión de las ubicaciones y número de las estaciones de SALENBICI, el refuerzo de un transporte público metropolitano en clara recesión y un plan de itinerarios peatonales preferentes que atraviesen la ciudad principalmente por fuera de la almendra central. 

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