El portavoz de la Plataforma de Salamanca para la Defensa de la Sanidad Pública, Pablo Unamuno, ha comparecido en rueda de prensa en la mañana del miércoles junto con otros representantes de la sanidad salmantina para volver a repasar la "deficiente" gestión que se vive en el conjunto de la sanidad salmantina y que se ha acuciado durante el verano. 

Ante ello, la Plataforma recogerá firmas durante todo el mes de octubre en las asociaciones que lo conforman, diferencias dependencias del Ayuntamiento y centros de salud con el objetivo de presentárselas al consejero de Sanidad, Antonio María Sáez Aguado, para que ponga fin al "caos" existente en los hospitales y en la atención primaria salmantina. De hecho, la recogida de firmas ya está presente en la página web www.change.org, en el que se han recabado más de mil en apenas 24 horas. 

El propio Pablo Unamuno, además, no descartó realizar una nueva marea blanca más adelante si no se tiene en consideración su voz, como hasta ahora ha pasado después de ya tres mareas y dos concentraciones realizadas. De hecho, el portavoz aseguró que no ha recibido respuesta del consejero sobre una reunión que se pidió mediante escrito este pasado julio ante el que Sáez Aguado, incluso, dijo en comparecencias públicas que no tenía constancia de ello lo que demuestra que "no solo la gestión clínica es un caos, sino que también lo es la gestión administrativa en Sacyl". 

Listas de espera en aumento

Por su parte, Pilar Rodríguez, representante de los usuarios, afirmó que el caos de personal y usuarios llega debido a una mala Gerencia que se ha evidenciado claramente este verano con el cierre de plantas y su posterior reapertura en momentos oportunos cuando "las necesidades siempre están ahí". Además, las listas de espera siguen aumentando, se quejó, también en la atención primaria, lo que lleva a los pacientes a tener que acudir a urgencias, que se encuentran saturadas.

Tanto es así que dijo saber de primera mano que este verano hay pacientes que han debido estar 16 horas esperando en pasillos hacinados hasta que pudieron subir a planta al enfermo por problemas de camas y falta de previsión. "El caos es a todos los niveles", aseveró, con una atención deficiente que provoca esperas de quince meses en resonancias, por ejemplo, y esperas, incluso, para realizarse analíticas. 

Un sistema piramidal perverso

También tomó la palabra Esther Maté, la representante de los pacientes en esta rueda de prensa, que se quejó de un sistema que está queriendo instaurar en la sanidad que tiende hacia la privatización y que no escucha a los que proponen soluciones como los pacientes y los profesionales. "El sistema sanitario es como si estuviera anclado en el pasado y no quisiera evolucionar", comentó. 

Criticó, por ello, la gestión del mismo por parte de las altas instancias ya que este está generando malestar ciudadano con el objetivo, dice, de hacer pensar a los usuarios que la sanidad pública es muy mala para que así se vean bien las derivaciones a hospitales privados, algo que calificó como perverso porque supone un priemr paso para la privatización de la sanidad a pesar de que está demostrado que el sistema público es mejor. 

Este sistema está comandado, afirmó, por un modelo de gestión piramidal en la que la gerente del hospital, con decisiones marcadas por el propio sistema, hace imposible que llegue la voz de los pacientes y profesionales. Esto, dijo, empequeñece a su vez al profesional sanitario, cada vez más desmotivado. "Es otra perversión del sistema". 

De hecho, aseguró, esta mala gestión provoca también desamparo en los pacientes, que tienen que aguantar largas esperas, y que lo acaban pagando con los propios trabajadores sanitarios. Estos, además, cada vez son menos y lo ejemplificó con la Unidad de Foniatría, que era referente nacional, y que ha perdido cuatro trabajadores en los últimos tiempos, dos jubilados y dos despedidos. También en los enfermos de hepatitis C, que deben pasar por un comité, que no se ha reunido durante el verano, para optar a los medicamentos, por lo que estos enfermos llevan tres meses sin ellos. 

Por ello, piden soluciones que provengan de los propios ciudadanos y profesionales y el primer paso para ello es entrar en el Consejo de Salud de Área, del que ahora están fuera y ni siquiera son invitados. 

Unidadades de gestión clínica

La representante de los trabajadores, María Ángeles Salinero, afirmó que los profesionales están hartos y sobresaturados ya que deben, en muchas ocasiones, pasar por tres plantas en una mañana. Además, también se les desmotiva a través de contratos precarios que han sido denunciados por la Comisión Económica Europea.

Y mientras esto ocurre, denuncia, el producto estrella de la Consejería son las unidades de gestión clínica, de la que solo se tiene conocimiento de que comenzarán en 2017. Para Salinero, estas unidades solo provoca la competencia entre las unidades disponibles ya que son mecanismos que buscan el ahorro. Esto provocará, dijo, altas precipitadas, ya que cuesta dinero, y tener a los pacientes en el limbo a la espera de que el sistema les destine a la unidad correspondiente. 

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