La de ahora no es la única intervención sobre la Plaza Mayor de Salamanca en aras de su conservación. Por las características de su piedra, especialmente sufrida a las inclemencias meteorológicas, se antoja necesario que cada cierto tiempo se acometan acciones de restauración sobre el monumento insignia de Salamanca y también centro de la vida social de la ciudad. Así lo pone de manifiesto quien fuera el aparejador de la obra llevada a cabo en 1996, y que estuvo dirigida por el arquitecto municipal Alberto López Asenjo.

Por aquel entonces, como ha señalado el aparejador a SALAMANCA24HORAS, se intervino principalmente sobre las fachadas. En aquella ocasión poniendo especial atención sobre la balconada, muy deteriorada. ?Las deficiencias que presentaba la Plaza Mayor en la anterior intervención se debían a una falta total de mantenimiento. Los balcones de su fachada era lo que peor estaba. La estructura de hierro presentaba daños importantes, había partes que se habían desprendido y hubo que recomponerlos?.

Por otra parte también se aprovechó para realizar una limpieza en la cara de las fachadas, cambiar todas las contraventanas Mallorquinas (que a día de hoy están perdiendo su color)  o actuar sobre los medallones. Incluso se recuperó la policromía original del medallón de Felipe V. En la cornisa también se dispuso una capa de pizarra emulando a la original de Mozárbez ?para recuperar el sentido original del edificio?. En relación a esto último, indicó que había sido recubierta en otra intervención en los años ochenta por estratificado de fibra de vidrio que fue recubierto de una pintura similar al color de la piedra. ?Entonces la restauración pasaba por un momento álgido. Se utilizaban nuevos productos e incluso químicos?.

 

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